Linda D’Ambrosio: Teatro venezolano con “Coraje”

Desde el pasado 30 de agosto se está presentando en el Teatro Lara de Madrid la pieza teatral Divorcio, del dramaturgo venezolano Gustavo Ott. Se trata del primer montaje de la recién fundada compañía Coraje Teatro, que inicia su trabajo con la connotada directora Consuelo Trum a la cabeza.

El productor, Johann Moreán de Las Casas, quien ya había cosechado reconocimiento en España gracias a Piaf. Voz y Delirio, ha asumido los desafíos que supone llevar a escena esta obra, protagonizada por Arlette Torres e Iván Ugalde.

La selección de un elenco mitad español, mitad venezolano, no es casual: “Decidimos que siempre será así, porque ello constituye una pieza más en el proceso de integración a este país que nos ha recibido tan generosamente” afirma Johann, explicando que no los mueve solo el propósito de dar a conocer los textos de autores venezolanos y latinoamericanos entre el público, sino también propiciar que las actrices, actores y cada parte involucrada en el proceso teatral español se vayan sumergiendo en ellos, conociendo su riqueza y conectando cada vez más con nuestra cultura.

El resto del equipo es todo venezolano: Eliecer Paredes, director técnico, se encarga de iluminación y sonido; la escenografía la diseñó Elisa Legorburu, egresada de la Universidad Complutense, y la música original fue compuesta por Stefanos Mavridis e interpretada por Emvoés Ensemble.

Moreán de Las Casas explica que montar Divorcio fue una iniciativa de Consuelo Trum en su necesidad de expresarse y de ejercer su pasión y su profesión. Llevarla a escena nació de su inquietud por romper con la idea actual de que todo debe transitarse por un camino políticamente correcto, con las grandes dosis de autocensura e hipocresía que esto conlleva. “¿Qué mejor manera de representarlo que el humor negro, a veces con visos del thriller y algo de drama?” pregunta. “La obra invita a reflexionar sobre la sociedad de redes, el narcisismo y otros tópicos que nos debilitan. A mí me gustaría que siga viva la crítica a través del humor y que prevalezca la inteligencia, que podamos reírnos de lo doloroso o de cosas con las que tal vez no estamos de acuerdo, y que su caricaturización no ofenda, sino que sirva para dar cuenta de lo que son quitándoles la energía negativa que puedan llevar”.

Johann resalta el trabajo de los actores, en su opinión impecable: “Es un texto muy exigente (para los intérpretes, no para el público) con unas transiciones complejas y diversas emociones que les permiten hacer gala de su formación y su talento”. No podía ser de otro modo con la trayectoria tanto de Ugalde como de nuestra brillante Arlette Torres.

El escollo natural de toda producción es el presupuesto. “Hay que trabajar mucho más, hay que conseguir lo mismo que los mejores, pero con menos dinero disponible. Por eso nos llamamos Coraje Teatro. Quien desconoce todo lo que implica un montaje no se puede ni imaginar la cantidad de partidas que lo componen. En nuestro caso. La obra está hecha a pulso, arriesgando, con fondos propios y, en consecuencia, limitados, pero sin permitir que eso merme la calidad de lo que queremos ofrecer, explica el productor, quien atribuye mucha importancia a lo visual, lo estético, “aún en casos minimalistas”.

No podemos menos que aplaudir esta iniciativa que, además de proyectar la calidad que es capaz de alcanzar el teatro venezolano en los diversos rubros –texto, actuación, dirección, música y producción- también contribuye a estrechar lazos con el país que nos acoge, facilitando el enriquecimiento recíproco y dando a conocer nuestra cultura en territorio español.

linda.dambrosiom@gmail.com

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