El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, negó que sus hijos sean corruptos tras reportajes publicados esta semana que evidencian presuntos conflictos de interés de dos de ellos en contratos públicos.
El mandatario tachó de «calumnia» un artículo del portal LatinUs, del periodista Carlos Loret de Mola, que revela que una red de amigos de su hijo Andrés Manuel López Beltrán ha obtenido contratos por 100 millones de pesos (unos 5,55 millones de dólares) de la Administración federal.
«Sí deben de existir (los contratos), pero mis hijos no tienen nada que ver. Mis hijos no son corruptos, o sea, nada que ver con Loret de Mola, que se ha dedicado a hacer un periodismo mercenario con fines de lucro», argumentó en su rueda de prensa diaria.
El presidente aseveró que «no hay ningún problema, nada» ni conflicto de interés en los contratos que obtuvieron empresas de allegados a López Beltrán de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) y la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU).
«Loret saca un reportaje de que mis hijos están haciendo negocios, cosa que es rotundamente falso. Es parte del periodismo, si se puede llamar así, que él ejerce, porque en realidad es un mercenario que pertenece al hampa del periodismo, no pasa nada porque no es cierto», respondió.
«Está demostrado que es un especialista en montajes y, si tiene pruebas de corrupción, que vaya a la Fiscalía, pero no (lo hace). Es la consigna de que la calumnia cuando no mancha tizna, pero no hay ningún problema», remarcó.
Por otro lado, la organización Mexicanos Unidos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) reveló el 3 de mayo que otro hijo del gobernante, José Ramón López Beltrán, vive en una casa de la asistente de la directora de La Jornada, el diario con más contratos en el actual sexenio, por más de 750 millones de pesos (41,6 millones de dólares). El mandatario acusó a la prensa de «acosar» a sus hijos.
«Ayer fueron a la casa donde vive José Ramón a esperarlo ahí, es un acoso, pero yo le digo a mis hijos: ‘aguanten, no caigan en ninguna provocación’», dijo el presidente.
Esta no es la primera vez que los hijos de López Obrador afrontan acusaciones de corrupción y tráfico de influencias. MCCI reveló en enero de 2022 que López Beltrán y su pareja, Carolyn Adams, ocuparon en 2019 y 2020 una residencia en Houston, Texas, que pertenecía a Keith L. Schilling, ejecutivo de Baker Hughes, que ese año obtuvo un contrato de Petróleos Mexicanos (PEMEX), un escándalo llamado La Casa Gris.
Mientras que, en noviembre de 2021, la revista Proceso y la periodista Carmen Aristegui exhibieron que el programa de reforestación insignia del presidente, Sembrando Vida, se usaba para beneficiar la fábrica de chocolates Rocío de los hijos del mandatario en Tabasco, en el sureste del país.
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