Qué increíble y muy lamentable la vergonzosa posición política que los gobiernos de Estados Unidos y Colombia tienen con respecto a Venezuela. De manera descarada e insultante se meten en los asuntos internos de nuestro país, cuando en una reunión de trabajo entre el secretario de estado de EEUU, Antony Blinken y la vicepresidenta colombiana, Martha Lucía Ramírez, uno de los temas principales era “el caso Venezuela”. Allí la estrategia política fundamental giró alrededor de una perversa e hipócrita preocupación: el cómo ayudar a solventar la crisis humanitaria del pueblo venezolano y qué hacer para lograr “restaurar” la democracia en Venezuela..
Es el colmo de la intromisión y de irrespeto a la soberanía de un Estado independiente y una gravísima falta al derecho internacional y a todo lo establecido en la carta fundacional de las Naciones Unidas, que coloca en primer lugar de importancia para la paz mundial la libre autodeterminación de los pueblos. Sin embargo, al imperialismo estadounidense y su servil gobierno colombiano no les importa para nada involucrarse en los asuntos que solo deben ser resueltos entre las y los venezolanos y no disimulan el odio antichavista, ni las ganas que tienen de derrocar al gobierno legal y constitucional de Nicolás Maduro.
En ese encuentro supuestamente diplomático tocan un asunto que estos gobiernos antichavistas ven como un negocio: el manejo de millones de dólares, como un aporte para mitigar el impacto negativo que ha tenido la migración venezolana en el gasto público del Estado colombiano.
Pero se sabe que no son casuales esas reuniones entre representantes del país que más produce y exporta drogas en el planeta tierra con el principal comprador y consumidor. Como tampoco es casual que cada día los Estados Unidos tienen más bases militares y efectivos en Colombia.
Por supuesto que surgen algunas interrogantes claves sobre lo que ellos llaman “rescatar la democracia”, para reflexionar sobre las palabras de la vicepresidenta de Colombia, Martha Lucía Ramírez, quien parece olvidar la descarada violación a los derechos humanos en el país vecino y ¿en dónde quedan tantos asesinatos y represión?
Politólogo
