22 de noviembre de 2024 4:39 AM

Los ruidos domésticos también pueden provocar estrés a tu perro

Los perros podrían estresarse con ruidos producidos dentro de casa en tareas cotidianas, como cuando ponemos el microondas, la lavadora o pasamos la aspiradora. Esta es la conclusión a la que han llegado un grupo de investigadores de la Universidad de California en Davis (EE.UU.) tras analizar los ruidos intermitentes de alta frecuencia dentro de los hogares con mascotas.

Por: Espectador de Caracas con información de WebConsultas

Muchos piensan que son solo los grandes ruidos los que pueden causar ansiedad a los perros, tales como los generados por las tormentas o por los fuegos artificiales, sin embargo, han demostrado que los ruidos comunes también pueden actuar como desencadenantes de estos picos de estrés en los animales.

La investigación, que se ha publicado en la revista Frontiers in Veterinary Science, ha encontrado que son los ruidos intermitentes de alta frecuencia los más propensos a provocar ansiedad en el perro, como por ejemplo la señal de un detector de humo que se está quedando sin batería, y no los ruidos continuos de baja frecuencia.

Muchas veces no prestamos la suficiente atención al lenguaje corporal de nuestras mascotas, que podrían revelarnos que algo no va bien. Por ejemplo, algunos de los signos de ansiedad en el perro que señalan en el estudio son el temblor, encogerse o retroceder, y entre los síntomas del estrés están el giro de cabeza, los jadeos, lamerse los labios, echar las orejas hacia detrás, colocar la cabeza debajo de los hombros o mostrar una musculatura corporal endurecida

Los dueños subestiman los miedos de sus perros

El estudio se llevó a cabo gracias a una encuesta a 386 dueños de perros que analizaron las respuestas de sus mascotas a los sonidos domésticos y a 62 vídeos sobre los comportamientos de los perros y las reacciones humanas. Los resultados mostraron que gran parte de los dueños subestimaron el miedo de sus perros y muchos de ellos reaccionaron con actitud de diversión ante estos hechos.

“Existe un desajuste entre las percepciones de los propietarios sobre el temor y la cantidad de comportamiento atemorizante que realmente existe. Algunos reaccionan más divertidos que preocupados. Esperamos que este estudio haga que las personas piensen en las fuentes de sonido que podrían estar causando el estrés de su perro, para que puedan tomar medidas para minimizar la exposición de su perro”, explica Emma Grigg, autora principal de la investigación

Otro de los hallazgos de la investigación es que los ruidos muy fuertes o de alta frecuencia también podrían llegar a ser dolorosos para los perros, pues tienen un rango de audición más alto. Los investigadores instan a las personas con perros a que estén más pendientes de su lenguaje corporal y que eviten que estén expuestos a ruidos en casa, como por ejemplo, llevándoles a otra habitación cuando se vaya a poner el microondas o que se le saque a pasear mientras otra persona pasa la aspiradora.

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