Julio César Pineda: Colombia: negociación y paz

La cumbre diplomática celebrada en Bogotá con el tema central de Venezuela, terminó como lo señala El País de España: “Con muchas expectativas y pocos resultados”. Fue muy corto el tiempo para lo complejo y dinámico del laberinto venezolano en estos últimos tiempos. En tres horas no se podía resolver una problemática de confrontación política y social como la de Venezuela.

Veinte estados de la Comunidad Internacional el pasado martes en Bogotá reafirmaron la necesidad de la negociación entre los venezolanos con la garantía de la comunidad mundial y la conveniencia de una hoja de ruta acordada en cuestiones cómo estas: El éxodo migratorio venezolano, las sanciones impuestas al gobierno, el próximo proceso electoral, la integración latinoamericana y especialmente el tema de las sanciones impuestas. Estos temas fueron discutidos y en el futuro es posible concluir en soluciones aceptables para el gobierno y la oposición en nuestro país pero, también para los gobiernos de América Latina y el mundo que han tomado partido desarrollando la nueva metáfora de Tucídedes donde el conflicto se agudiza por la visión unilateral que cada sector mantiene. Por eso es tan importante el diálogo y la solución pacifica de las controversias, no solo a nivel internacional, como lo establece la carta de las Naciones Unidas en su artículo 33 pero también incorporando nuestras constituciones y leyes.   

Es una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de la negociación, en nuestro caso, en el punto de vista internacional, tanto para la diplomacia como para la política es fundamental el arte de la negociación, cuyo origen lo encontramos en la Grecia democrática; por eso las alianzas, tratados de paz, acuerdos comerciales y hasta la tregua en los Juegos Olímpicos.

Con el declive de la autoridad del Papa a final de la Edad Media y ante los conflictos políticos territoriales, los príncipes dejan de lado el mandato ético de las negociaciones. La monarquía francesa con el Cardenal Regente Richelieu perfeccionó la diplomacia a largo plazo y empezó a visualizar la importancia de la imagen del monarca junto a la negociación. En 1716, Francois de Calliers es el primero en sistematizar el tema de las negociaciones internacionales, como lo había hecho el jesuita español Baltazar Gracián, que reflexionó sobre las negociaciones con un sentido ético. Con el auge del Imperio Británico, Prusia y Rusia, culminó el viejo equilibrio entre Francia y Austria, y se profesionalizó la negociación unida al protocolo. Las democracias parlamentarias europeas y el surgimiento de EEUU, la negociación se hizo más política y más pragmática. 

El arma atómica dentro de la bipolaridad limita la negociación al equilibrio del terror. Con la caída del Muro de Berlín en 1989 frente a la Teoría del Fin de la Historia de Fukuyama y la minimización de la negociación, este mecanismo adquiere nuevo impulso con las tesis de Samuel Huntington del Choque de Civilizaciones. Con la Unipolaridad estadounidense y los nuevos conflictos culturales y étnicos. 

Si bien en el campo internacional es imperactiva la negociación y el diálogo entre culturas y civilizaciones ante el peligro nuclear, la amenaza del terrorismo y el fenómeno del calentamiento global. Pero también en los numerosos conflictos internos o territoriales se impone la absoluta necesidad de la diplomacia y el diálogo. Venezuela necesita ahora más que nunca el encuentro de todos, mujeres y hombres de buena voluntad para la empresa común que nos dejaron nuestros libertadores… La iniciativa del presidente Petro ha sido una iniciativa más en el largo sendero de la Paz. 

guenos  TelegramInstagram y Twitter para recibir en directo todas nuestras actualizaciones.

Share this post:

Noticias Recientes

El Espectador de Caracas, Noticias, política, Sucesos en Venezuela