Linda D’Ambrosio: El Pollock de Johnny Gavlovski

Johnny Gavlovski es, sin duda, un personaje que me inspira la más profunda admiración. Ha desarrollado su talento en múltiples vertientes, se ha consolidado profesionalmente en disciplinas que requieren una rigurosa formación, y comparte, además, sus conocimientos y reflexiones, tanto en el ámbito académico como a través de otros espacios, de los cuales quizá el más prominente podría ser, en este momento, la plataforma digital Cultura Mundis.

El Universal / linda.dambrosiom@gmail.com

Su tránsito por la telenovela ha legado trabajos tan importantes como el libreto de La loba herida y la creación de Pedacito de Cielo. Brilló como guionista en Luna Llena, y en el ámbito de la dramaturgia destaca su obra La última sesión, que, estrenada en Londres en 2009, resultaría ganadora del concurso Obras de Teatro del Mundo.

Johnny ha cultivado largamente su relación con las artes plásticas, incursionando él mismo en el dibujo y la escultura de la mano de figuras tan emblemáticas como Cándido Millán y Félix Perdomo. Pero es, ante todo, un destacado psicólogo clínico y psicoanalista, habiéndose decantado por la vertiente lacaniana. Y es de esta síntesis entre sus conocimientos sobre arte y su formación que surgen libros tan importantes como Psicoanálisis y Teatro. El sueño que no cesa y, más recientemente, Pollock… desnudo y con cuchillo, título que alude a una de las pinturas del artista, realizada en torno a 1938: Hombre desnudo con cuchillo.

En este último libro, el escritor emprende la tarea de “excavar en los profundos abismos del alma atormentada del artista, a fin de develar los enigmas ocultos particularmente tras las abstracciones a las que Pollock alcanza en su obra más tardía…” afirma Trudy Ostfeld de Bendayán, quien rubrica el prólogo.

En efecto, Gavlovski establece cómo la obra de Pollock está directamente vinculada, al menos en los dos primeros periodos de los cuatro en que suele dividirse su obra, a sus procesos terapéuticos de orientación junguiana, primero con el Dr. Joseph L. Henderson (1938) y luego con la Dra. Violet Staub de Laszlo (1942). Por ello no duda en calificarla de “autobiográfica”.

Explica, en un brillante texto introductorio, que Jung y Freud compartían la convicción de que el arte era una vía privilegiada para que el psicoanalista comprendiera los misterios de la psique. Jung, en particular, había desarrollado el método de la imaginación activa, que buscaba identificar, a través de la mitología, el arte o la literatura, los arquetipos que participaban en la dinámica psíquica del paciente. Tal es el procedimiento que emplea el escritor para establecer lo que Ostfeld de Bendayán denomina una matriz de sentido de las creaciones de Pollock: “Sea el despliegue lacaniano o la amplificación junguiana, será nuestro método para intentar acercarnos desde el psicoanálisis y el arte a la comprensión del saber hacer de uno de los más grandes artistas del siglo XX: Paul Jackson Pollock”, afirma Gavlovski.

El libro resulta insoslayable no solo por cuanto pueda acercarnos a una comprensión más amplia de la producción pictórica de Pollock, sino también como ejercicio de análisis en sí mismo, constituyendo una demostración de la pericia de Gavlovski para escudriñar en los misterios de las almas. Se trata de un esfuerzo más por indagar en las relaciones entre arte y psique, una investigación que ya había animado Gavlovski al crear la colección Mundo Psicoanalítico con Editorial Pomaire, en la que se publicaron una veintena de textos asociados a temas clínicos y artísticos.
Enhorabuena por este nuevo logro al escritor, quien destaca también por su calidad humana y su savoir faire.

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