Aunque estas líneas estén destinadas a caer en terreno yermo… igual las escribo como tarea y deber: a ver, dificulto que haya una explicación mejor para interpretar el vacío del debate o más bien la falta de una porfía donde el ciudadano pueda tener elementos para tomar en serio y de acuerdo con sus intereses, una decisión tan importante como es el voto… por este o por cualquier otro candidato… que la polarización extrema, alimentada desde medios y ahora redes.
Y con tal carencia que revela la falta de verdaderos partidos –no montoneras- la política pierde la dimensión moral que debe tener… y también los logros prácticos que atan al ciudadano a determinado sistema. Mosca que en el bochinche pesca el fascismo.
La polarización extrema sin embargo es consecuencia y no causa porque la debacle actual no solo se explica porque llevamos todo el siglo reaccionando violentamente a las cizañas que intereses extraños y sus aliados locales inyectan a diario.
A fin de entender mejor hay que recordar que a la muerte de los líderes democráticos que con sus aciertos y errores lograron cuatro décadas de paz necesaria para crecer y consolidar… ellos no dejaron sucesores a la altura y menos partidos sino cascarones vacíos.
Y así hemos llegado a que en todas estas elecciones el sector político polarizado repite mantras ajenos a la realidad. Mantras mentirosos… como aquel que promete que eligiéndolos a ellos “todo cambiará para mejor”.
Lo que obviamente no ocurre.
Y así veo que llevamos un siglo corriendo la arruga por más discursos donde el Presidente anuncia “diálogos” que de inmediato unos rechazan por tener como los tahúres “cartas bajo la manga” que ellos llaman planes B… y otros aceptan enseguida… a sabiendas estos que estos acercamientos solamente han servido para perder tiempo… o resolver algún problemita… como la increíble habilitación que desde México le dieron al ciudadano Superlano y otros… a pesar de sus fechorías internacionales.
No somos enemigos de los diálogos libres… donde no hay “coordinadores de la oposición” a los que nadie eligió y que ahora pretenden volver pero que los temas sean secretos.
Si van a repetir la bobería mexicana… como no nos invitan… toca organizar diálogos donde quepan todos… sin tacos, hoteles y tequila… pero con ideas y verdadero nacionalismo.