22 de noviembre de 2024 5:23 AM

Dieta mediterránea: aliada contra el estrés postraumático, según estudio

Una nueva investigación ha comprobado que seguir una dieta mediterránea puede aliviar o prevenir los síntomas del trastorno de estrés postraumático (SEPT), según publican sus autores en la revista ‘Nature Mental Health’.

El microbioma intestinal que puede influir en el desarrollo y la respuesta de las emociones, pero la relación entre el trastorno de estrés postraumático y el microbioma intestinal no estaba estudiada. Ahora,el nuevo estudio realizado por investigadores del Brigham and Women’s Hospital y de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, ha investigado sistemáticamente la relación entre el TEPT, la dieta y el microbioma intestinal y ha revelado que los participantes que seguían una dieta mediterránea experimentaban una disminución de los síntomas del TEPT.

«Existe una relación muy intrigante entre el microbioma intestinal humano y el cerebro –reconoce la coautora del estudio, doctora Yang-Yu Liu, de la División Channing de Medicina en Red del Departamento de Medicina del Brigham and Women’s Hospital–. A través de nuestro estudio, examinamos cómo factores, como la dieta, se asocian con los síntomas del TEPT. Aunque es necesario seguir investigando, estamos más cerca de poder ofrecer recomendaciones dietéticas para prevenir o mejorar el TEPT».

La carga del TEPT suele ir más allá del individuo, ya que los familiares, el sector sanitario y la sociedad también se ven afectados por este trastorno mental. Además, las personas con TEPT tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como cardiopatías coronarias, accidentes cerebrovasculares, diabetes, enfermedades autoinmunes y muerte prematura. Comprender el papel de la dieta y el microbioma podría mejorar las recomendaciones y los resultados para los pacientes con TEPT.

«Examinar el eje intestino-cerebro puede aportar información sobre la interdependencia de la salud mental y física –indica la coautora Karestan Koenen, doctora del Departamento de Epidemiología de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard–. Nuestros hallazgos sugieren que la relación entre el TEPT y el microbioma intestinal humano es un área prometedora de investigación que puede conducir a recomendaciones para aliviar las consecuencias negativas del TEPT para la salud».

El equipo recopiló datos de 191 participantes en subestudios del Nurses’ Health Study-II (NHS-II), que incluían el Mind-Body Study (MBS) y el PTSD Substudy. Los participantes fueron asignados a tres grupos: probable TEPT, expuestos a trauma pero sin TEPT, y sin exposición a trauma. Todos los participantes presentaron dos series de cuatro muestras de heces, una al inicio del estudio y otra seis meses después. Las muestras se recogieron para obtener información sobre el ADN microbiano y confirmar que el microbioma intestinal de los participantes se había mantenido estable durante seis meses.

Evaluaron las asociaciones entre la estructura general del microbioma y los factores del huésped, incluidos los síntomas del TEPT, la edad, el índice de masa corporal (IMC) y la información dietética. A partir de esta evaluación, los investigadores hallaron varios factores del huésped (IMC, depresión y antidepresivos) asociados con la estructura del microbioma.

A continuación, estudiaron la relación entre la información dietética disponible y los síntomas del TEPT. El equipo descubrió que los participantes que seguían una dieta mediterránea experimentaban menos síntomas. En concreto, descubrieron que el consumo de carnes rojas y procesadas se asociaba positivamente con los síntomas del TEPT, mientras que el consumo de alimentos de origen vegetal se asociaba negativamente con los síntomas.

Por último, el equipo empleó el método de triangulación generalizada microbio-fenotipo (GMPT) para examinar el vínculo entre los síntomas del TEPT y las firmas del microbioma intestinal, con el objetivo de identificar especies protectoras putativas del TEPT. Identificaron a Eubacterium eligens como la principal especie protectora putativa del TEPT. Para comprobar la consistencia de esta firma a lo largo del tiempo, el equipo descubrió que la asociación inversa de la abundancia de ‘E. eligens’ con los síntomas del TEPT era muy consistente en los cuatro puntos temporales. Además, demostraron que ‘E. eligens’ se asociaba positivamente con los componentes enriquecidos de la dieta mediterránea (como verduras, frutas y pescado) y que ‘E. eligens’ se asociaba negativamente con la carne roja/procesada, que las personas que siguen una dieta mediterránea limitan o evitan.

El equipo señala las limitaciones de su estudio, incluido el uso de una breve escala de detección del TEPT (en lugar de un diagnóstico clínico formal del TEPT). Sin embargo, los resultados ofrecen ideas para futuros estudios que examinen otros trastornos mentales e intervenciones dietéticas con el fin de mejorar las recomendaciones para aliviar o prevenir los síntomas, aseguran.

«Es emocionante que nuestros resultados impliquen que la dieta mediterránea puede proporcionar un alivio potencial a las personas que experimentan síntomas de TEPT –subraya Liu–. Estamos ansiosos por aprender más sobre la relación entre el TEPT, la dieta y el microbioma intestinal. En un estudio futuro, intentaremos validar la eficacia de los probióticos como método para prevenir el TEPT».

Con información de Infosalus

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