22 de noviembre de 2024 11:33 AM

Colesterol: ¿qué es, qué tipos hay y qué mitos hay que desterrar?

La Fundación Española del Corazón define el colesterol como una sustancia grasa que se encuentra en todas las células de nuestro organismo y que cumple funciones vitales, como formar parte de las membranas celulares, sintetizar hormonas y vitamina D, y producir bilis para la digestión de las grasas. Sin embargo, la Sociedad Española de Medicina Interna ha confirmado que el colesterol también tiene una cara oscura, ya que si se acumula en exceso en la sangre puede provocar la formación de placas de ateroma en las arterias, lo que aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares como infarto de miocardio o ictus.

Según fuentes científicas como esta investigación elaborada por la Sociedad Española de Arteriosclerosis, existen diferentes tipos de colesterol:

-El colesterol LDL o malo, que tiende a depositarse en las paredes de las arterias

-El colesterol HDL o bueno, que ayuda a eliminar el exceso de colesterol desde los tejidos hacia el hígado.

-El colesterol VLDL, que también puede ser perjudicial pero menos que el LDL.

El nivel de colesterol total se considera normal cuando es inferior a 200 mg/dl, y el nivel de colesterol LDL se considera óptimo cuando es inferior a 130 mg/dl. Sin embargo, estos valores pueden variar según la edad, el sexo, el peso y la presencia de otros factores de riesgo cardiovascular.

A lo largo de los años, se han difundido muchos mitos sobre el colesterol que pueden confundir a la población y generar falsas creencias sobre su prevención y tratamiento. En este artículo vamos a desmentir algunos de los más comunes y a ofrecer información basada en la evidencia científica.

Mito 1: El colesterol es malo

No es cierto que el colesterol sea malo en sí mismo. Como hemos visto, el colesterol es necesario para la vida y cumple funciones importantes en nuestro organismo. El problema surge cuando hay un desequilibrio entre el colesterol que producimos y el que consumimos, y cuando hay un predominio del colesterol malo sobre el bueno, así lo confirma un estudio de la Fundación BBVA. Por eso, lo ideal es mantener unos niveles adecuados de colesterol total y de cada uno de sus tipos.

Mito 2: Si tengo el colesterol alto lo notaría

El colesterol alto no suele causar síntomas hasta que ya ha provocado daños en las arterias, lo que puede tardar años en manifestarse. Por eso, se le conoce como el “asesino silencioso”. La mayoría de las fuentes médicas han confirmado que la única forma de saber si tenemos el colesterol alto es mediante un análisis de sangre periódico, especialmente si tenemos antecedentes familiares o personales de enfermedad cardiovascular, diabetes, hipertensión, obesidad o tabaquismo.

Mito 3: Solo las personas mayores o con sobrepeso tienen el colesterol alto

El colesterol alto puede afectar a cualquier persona, independientemente de su edad o su peso. Todos los médicos dicen que es cierto que con el paso de los años y con el aumento de la grasa corporal se eleva el riesgo de tener el colesterol alto, pero también influyen otros factores como la genética, la alimentación, el estilo de vida o ciertas enfermedades o medicamentos, tal y como lo ha afirmado el National Heart, Lung and Blood Institude. Por eso, se recomienda controlar el nivel de colesterol desde la infancia y adaptarlo a cada etapa de la vida.

Mito 4: No puedo comer huevos ni marisco si tengo el colesterol alto

Los huevos y el marisco son alimentos ricos en colesterol, pero también en proteínas, vitaminas, minerales y ácidos grasos omega-3. Según un artículo de la Clínica Mayo, estos últimos son beneficiosos para la salud cardiovascular porque ayudan a reducir los niveles de triglicéridos y de colesterol malo. Además, se ha demostrado que el consumo moderado de huevos (hasta uno al día) no aumenta significativamente el nivel de colesterol en sangre ni el riesgo cardiovascular en personas sanas. Por tanto, se pueden incluir estos alimentos en una dieta equilibrada y variada, siempre que se eviten las preparaciones con mucha grasa, como las frituras o las salsas.

Mito 5: Los alimentos light o sin colesterol son más saludables

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) ha expuesto que los alimentos light o sin colesterol no siempre son más saludables que los normales. Es importante leer el etiquetado nutricional y comprobar la cantidad de calorías, grasas, azúcares y sal que contienen. A veces, estos productos tienen menos colesterol, pero más grasas saturadas o trans, que también son perjudiciales para el colesterol y el corazón. Los alimentos light pueden inducir a un mayor consumo por creer que son inocuos, lo que puede favorecer el sobrepeso y la obesidad.

Además, el cirujano especialista en obesidad y mama, doctor Alfredo Alonso Poza ha señalado que «existen algunos productos naturales o fitoterápicos que tienen efectos beneficiosos sobre el colesterol, como el omega-3, la levadura roja de arroz, el ajo o la alcachofa. No obstante, advierte que estos productos deben usarse con precaución y bajo supervisión médica o farmacéutica, ya que pueden tener contraindicaciones o interacciones con otros medicamentos».

Mito 6: Los alimentos vegetales no tienen colesterol

Según un artículo de Vitónica, es cierto que los alimentos vegetales no tienen colesterol, ya que este solo se encuentra en los alimentos de origen animal. Sin embargo, algunos alimentos vegetales pueden contener grasas saturadas o trans, que pueden elevar el nivel de colesterol malo en sangre. Por ejemplo, el aceite de palma, el aceite de coco, la margarina o la bollería industrial. Por eso, se recomienda consumir preferentemente alimentos vegetales frescos y naturales, como frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, frutos secos y semillas.

Mito 7: Solo con tomar medicamentos puedo bajar el colesterol

Los medicamentos para bajar el colesterol, como las estatinas, son efectivos y seguros, pero no son suficientes si no se acompañan de cambios en el estilo de vida. Todo profesional médico ha asegurado que es imprescindible seguir una dieta saludable, baja en grasas saturadas y trans y rica en fibra y antioxidantes; hacer ejercicio físico regularmente; dejar de fumar; controlar el estrés; y moderar el consumo de alcohol. Estas medidas pueden ayudar a reducir el colesterol malo y a aumentar el bueno, así como a prevenir otras complicaciones cardiovasculares.

Además, desde el punto de vista urológico, el urólogo y andrólogo especialista en salud sexual masculina, doctor François Peinado ha sellado que «La disfunción eréctil es un predictor de enfermedad cardiovascular por lo que en todos los pacientes que acuden a nuestra consulta debemos evaluar también los niveles de colesterol y realizar un chequeo cardiológico».

Con información de OKDiario

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