César Tinoco: Cálculo y desafío

A finales de noviembre del año pasado, me llegó el «Risk Outlook 2023», de la Unidad de Inteligencia de The Economist (UIE), la publicación semanal británica que aborda la actualidad de las relaciones internacionales y de la economía desde una óptica global.

Dicho informe versó sobre diez escenarios de riesgo que podrían modificar la economía global. Se trata, en realidad, de una matriz de riesgos que denota probabilidad de ocurrencia del riesgo e intensidad de su impacto. En tal matriz, Rusia aparece mencionada no una ni dos, sino quince veces pues aparece en los escenarios uno, dos, seis, siete y diez. Es decir, aparece mencionada en la mitad de los escenarios.

En este artículo, quiero referirme a unas estadísticas sobre la opinión mundial que aparecen en el escenario 6, titulado «La ciberguerra entre los Estados paraliza la infraestructura en las principales economías» y que tiene una probabilidad moderada de ocurrencia con un muy alto impacto.

Allí, en tal escenario 6, se muestran un mapamundi y un gráfico de barras, con los países que o bien son neutrales a la invasión a Ucrania por parte de Rusia o bien no son neutrales y se ubican en los extremos, es decir,  aquellos que desaprueban la invasión por un lado y aquellos que la aprueban o simpatizan con Rusia por el otro. El mapamundi viene con colores que denotan la intensidad de las tres alternativas. El caso es que el 32,1% de los países son neutrales, el 27,6% simpatizan con Rusia y el 3,9% la apoyan. ¿Y qué único país de Suramérica se ubica dentro del anterior 3,9% según el informe de la UIE? Pues nada más y nada menos que Venezuela.

La referencia es importante para el punto que sigue. Repasemos primero los hechos para desembocar en el punto.

Recordarán ustedes que el pasado 17 de marzo de 2023, el fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan, dijo lo siguiente en un comunicado público: «El pasado 22 de febrero de 2023 presenté una solicitud a la Sala II de Cuestiones Preliminares de la Corte Penal Internacional para órdenes de arresto en el contexto de la Situación en Ucrania. Hoy, la Sala de Cuestiones Preliminares ha emitido órdenes de arresto en relación con las siguientes dos personas: el Sr. Vladimir Putin, presidente de la Federación Rusa; y la Sra. María Lvova-Belova, comisionada para los Derechos del Niño en la Oficina del Presidente de la Federación Rusa».

Continua el fiscal Khan: «Sobre la base de las pruebas reunidas y analizadas por mi oficina en el marco de sus investigaciones independientes, la Sala de Cuestiones Preliminares ha confirmado que existen motivos razonables para creer que el presidente Putin y la Sra. Lvova-Belova tienen responsabilidad penal por la deportación y el traslado ilegal de niños ucranianos de áreas ocupadas de Ucrania a la Federación Rusa, en contravención del artículo 8(2)(a)(vii) y el artículo 8(2)(b)(viii) del Estatuto de Roma».

Siguiendo aquello de “don’t get mad, get even”, expresión erróneamente atribuida a John o a Robert Kennedy, pero consejo favorito entre los adolescentes norteamericanos y que apareció escrito por primera vez en 1956 en The Daily News (Newport), la Duma Estatal rusa, la cámara baja de la Asamblea Federal de Rusia, el 18 de abril de 2023, aprobó una ley en la que permite establecer penas de cárcel de hasta cinco años para aquellos que colaboren con la Corte Penal Internacional.

Finalmente y un mes después, el 19 de mayo de 2023, el Ministerio del Interior de Rusia emitió a su vez una orden de búsqueda y captura contra el fiscal general de la Corte Penal Internacional, Karim Khan.

En la secuencia de hechos y el pasado 8 de junio de 2023, el fiscal Karim Khan se presentó en Venezuela no sin antes anunciar, desde Colombia, que vendría. Ustedes bien saben lo que significa anunciar: «Hacerle saber algo a todo el mundo». Y no solamente vino y estuvo, sino que logró que el gobierno venezolano firmara un segundo memorándum de cooperación cuyo contenido, por cierto, aun no conocemos.

Una conclusión de todo lo anterior es que los hechos revelan el carácter peculiarmente adrenalínico del fiscal Karim Khan así como la temperatura de su sangre, aspectos que enmarcan su forma de calcular y son de importante consideración al hacer pronósticos.

La otra conclusión, quizá la más relevante desde la perspectiva diplomática, es que la visita de Khan al gobierno «tovarishch» de Venezuela fue, además, un solemne desafío a Vladímir Vladímirovich Putin.

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