Hay unos hechos que por su importancia no pueden ser olvidados del marco histórico de una nación por su doloroso y dramático desenlace, en este caso nos estamos refiriendo a los acontecimientos ocurridos el 27 de febrero de 1989, cuando Carlos Andrés Pérez tenía pocos días de haber asumido la Presidencia para su segundo mandato, del cual fue sacado y llevado al Retén de El Junquito, pero no por la masacre que dejó cientos de víctimas de aquel día y los tres siguientes, sino por corrupción.
Ese drama adquirió amplitud, por cuanto CAP asumió ese segunda presidencia bajo el apoyo de Acción Democrática (AD), exactamente cuando se conmemoraban 30 años de haberlo hecho Rómulo Betancourt, para quien también fue su segundo mandato (el primero lo hizo después del derrocamiento del general demócrata Isaías Medina Angarita el 18 de octubre de 1945), en el cual emitió aquella consigna de “disparar primero y averiguar después”, que tuvo una duración de 40 años, y fue eliminada por el comandante eterno Hugo Rafael Chávez Frías, quien gobernó a partir de febrero de 1999, y, no obstante, fue derrocado y tuvo que soportar infinidad de acciones de neto carácter terrorista; sin embargo, no llegó a ordenarle a las Fanb utilizar sus armas contra la población, como si lo hizo Betancourt, contra los desempleados del plan de emergencia el 3 de agosto de 1959 que dejó varios muertos y más de 40 heridos de bala en la plaza de La Concordia. Y esto sin olvidar que Pérez fue ministro de Relaciones Interiores de Betancourt.
Los acontecimientos de 1989 se iniciaron cuando la población de Guarenas salió a las calles por el aumento del pasaje de las busetas, prácticamente ordenado por el propio mandatario en los más de 20 días que tenía en la Presidencia. La masacre dejada por aquella FAN dejó una mortandad, oscilante entre las 300 y las 800 víctimas, aunque muchos dicen que la cantidad fue mayor, y esto sin contar los heridos.
El historial de esos hechos dolorosos y dramáticos nos señalan que CAP presentó ante los venezolanos una especie de ajustes que fueron bautizados como “paquete económico”, cuyos primeros resultados fueron precisamente esos “ajustes” contra los sectores populares. Dichos ajustes comprendían asumir decisiones “sobre política cambiaria, deuda externa, comercio exterior, sistema financiero, política fiscal, servicios públicos y política social”.
Pero el caso es que todo estaba enmarcado en las decisiones del Fondo Monetario Internacional (FMI)…, del cual se irían a recibir unos 4.500.000.000.000 de dólares que entregaría este bondadoso y humanitario organismo del accionar capitalista.