Alí Rojas Olaya: Nuestra gente del Esequibo

Con el desmembramiento de la República de Colombia en 1830, las nuevas naciones: República de la Nueva Granada, República de Ecuador y Estado de Venezuela van a ser víctimas de robos de territorio por las potencias occidentales. La primera pierde en 1903 el istmo de Panamá debido a una campaña de balcanización ideada por Estados Unidos para construir un canal transoceánico. Ecuador pierde en 1942, por injerencia estadounidense y a través de los protocolos de Río de Janeiro, 240.000 km2, es decir, la tercera parte de su territorio.

El 13 de enero de 1841, Inglaterra comunicó que había comisionado a Robert Hermann Schomburgk (1804-1865), para reconocer el territorio de la Guayana británica y fijar los límites con Venezuela. Este explorador prusiano había levantado un mapa de la Guayana británica al penetrar y recorrer el territorio sin autorización de Venezuela, llegando hasta rebautizar con el nombre de William IV el río Esequibo.

El ministro plenipotenciario de Venezuela en Londres desde 1838, Alejo Fortique (1797-1845), consideró nulo e írrito este mapa ya que violaba abiertamente la soberanía venezolana. En 1841, el cónsul inglés en Caracas escribe: “el gobernador de la Guayana Británica ha sido facultado para resistir cualquiera agresión sobre los territorios cercanos a la frontera que han estado hasta ahora ocupados por tribus independientes; porque el Gobierno de Venezuela no ha podido establecer un principio de protección respecto a los indígenas que habitan fuera de la frontera inglesa y que por este mero hecho ocupan territorio venezolano; o que se pretenda reconocer en las tribus salvajes la personalidad que el derecho de gentes no atribuye sino a las naciones constituidas en sociedad política; ni en fin, que se intente por este medio de defraudar a Venezuela de los derechos que en América se han reconocido siempre a los descubridores”.

Al este de Delta Amacuro y Bolívar, en la Guayana Esequiba, habitan los pueblos arawako, akawaio, kariña, patámona, makushi, waplahana y wai wai. Nos dice Ronny Velásquez que “en contraposición a los malos tratos que reciben de la policía guayanesa, estos indígenas sienten mucho afecto por los venezolanos y por Venezuela, en esta región que no es fronteriza aún, sino, una zona en reclamación. Y este apego por Venezuela lo manifiestan de forma espontánea debido a que, es de esta zona de donde les llega su alimentación, su manutención, sus implementos de trabajo y el combustible que requieren para sus diversos trabajos”.

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