Nunca una frase de fin de año fue tan pertinente como la de la legendaria pieza de la Billo’s en esta oportunidad, cuando el país presenta un balance de logros en verdad admirables en el marco de la brutal agresión económica de la que ha sido objeto en todos estos años.
La indiscutible superación de la estrategia de derrocamiento del gobierno mediante el sabotaje a la economía y los servicios públicos llevada a cabo por el sector terrorista de la derecha durante los últimos años, es definitivamente un logro inolvidable.
Así como lo son los logros en materia petrolera, por ejemplo, cuya reactivación es un hecho irreversible que empieza a sentirse en la estabilización del sector petrolero y petroquímico en general.
O en el ámbito del comercio internacional, que poco a poco y a pesar del criminal bloqueo del cual es objeto el país, se ha ido abriendo para permitirle a la población contar con insumos para una economía de emprendimientos con la que se ha paliado en buena medida la rigurosidad del asedio económico.
Y así, las victorias en la lucha contra la exclusión social y la pobreza, a través del sostenimiento de las Misiones cuya indetenible actividad ha permitido continuar la atención a los más necesitados, en materia de estabilidad laboral, bonos, vivienda, educación, transporte, salud, y alimentación, con los cuales el impacto de la guerra ha sido eficazmente contenido.
¿Cómo olvidar la reafirmación del apoyo popular a la revolución bolivariana, prueba irrefutable del liderazgo del presidente Maduro traducido en históricas victorias electorales del pueblo venezolano que mayoritariamente le ha brindado su respaldo, y que, al decir del periodista franco hispano Ignacio Ramonet, representan hasta ahora las únicas victorias electorales de aquellos partidos gobernantes que han tenido elecciones en el mundo en tiempos de pandemia?
Y lo más importante… ¿cómo olvidar el descalabro de esa oposición terrorista que pretendió hacerse del poder por vía de la violencia sin importarle para nada la voluntad del pueblo, así como el derrumbe de los fatídicos proyectos golpistas de los países del fracasado Grupo de Lima y de la herrumbrosa Unión Europea arrodillados como están al mandato imperialista?
No. No es posible olvidar el año viejo.
