23 de noviembre de 2024 10:17 AM

Earle Herrera: El Esequibo en la AN

Con el naciente sol de Venezuela, el territorio Esequibo se instaló en los jardines el Palacio Federal Legislativo la víspera de los 200 años la Batalla de Carabobo. 147 niñas, niños y jóvenes del Movimiento Nacional de Teatro “César Rengifo”, con nuestra selva y el majestuoso río de fondo, escenificaron la obra El Sol de Venezuela nace en el Esequibo / Historia de un despojo, de nuestra autoría.

La historia que hemos contado en ensayos y leído en gruesos libros de historia, quisimos contarla desde la fresca visión de nuestros escolares, con sus vivencias y vivezas, su magia y encantamiento, en medio de la selva real-maravillosa del territorio que nos fuera despojado a finales del siglo XIX. La palabra sola no bastaba. El teatro tampoco. Por eso nos dimos cita en los espacios abiertos de la Asamblea Nacional 43 músicos del Coro Infantil Simón Bolívar y el sistema de orquestas. Dios se hizo presente y precedió la pieza con una pertinaz llovizna que le dio a la fauna y flora esequibana su natural ambiente de selva húmeda tropical. Dios creador.

Esta obra no se me ocurrió con motivo del bicentenario de Carabobo. Hace más de 20 años una revista comercial se pautó publicar una historia para niños sobre el territorio Esequibo, en formato de suplemento ilustrado, y me solicitó el texto. Le pusieron por título “El Esequibito”. No tengo ni un ejemplar de aquel trabajo, pero un día decidí memorizarlo y reescribirlo para teatro. Solo que, en lugar de hacerlo en prosa, recurrí a la forma de los “versos sencillos” de José Martí. Le entregué el texto a Pedro Lander, director del Movimiento “César Rengifo” y, con la producción general de Carolina Cestari, fueron un solo entusiasmo que no paró hasta que el río Esequibo entró a los jardines del decimonónico palacio guzmancista.

Al lado de los escolares en escena, con su uniforme de las 23 parroquias caraqueñas, aparecieron en tropel jaguares, caimanes, dantas, tortugas, aves, monos, venados, cachicamos, bajo el sol de Venezuela. Como escritor, sentí lo mismo que me embargó cuando, por primera vez, un poema mío fue musicalizado por la Coral de la Facultad de Ciencias de la UCV. Gracias a Jorge Rodríguez y al personal de la Asamblea Nacional por todo su apoyo. Ahora toca echarnos al hombro el Esequibo y llevarlo por todo el país.
Jesús.

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