“Cuando hablas, solo estás repitiendo lo que ya sabes. Pero si escuchas, siempre aprenderás algo nuevo”.
Dalai Lama
Las investigaciones de opinión pública siguen mostrando en Venezuela un fenómeno de particular interés e importancia para entender la dinámica de la correlación de fuerzas en la actual coyuntura. Por una parte, el rechazo a la tragedia que significa la continuación del fascismo madurista en el poder es casi total en el país. La inmensa mayoría de los venezolanos clama por un país distinto, donde la vida cotidiana sea algo más que sufrir precariedades e intentar a duras penas sobrevivir. Si hay algún consenso hoy en Venezuela, es el deseo por superar el calvario cotidiano que significa hallarse bajo el dominio de una dictadura inhumana. Pero, por otra parte, existen diferencias tanto en la colectividad como entre las fuerzas políticas y sociales democráticas sobre cómo alcanzar ese objetivo común.
Hemos insistido que la unidad superior de todos quienes aspiran a la liberación democrática en nuestro país es una condición imprescindible para el éxito de la lucha por la independencia de Venezuela y para hacer viable una necesaria transición política. Porque mucha gente no es lo mismo que una mayoría eficaz. Desagregada, dispersa, sin orden ni direccionalidad, esa mayoría no es más que simple superioridad numérica, insuficiente en una dictadura para constituirse en una amenaza creíble a la oligarquía.
Se puede dar así el escenario ya visto en otros países, y que ciertamente refleja una de nuestras debilidades fundamentales en términos de comparación relativa de fuerzas, de un inmenso país oponiéndose a una minoría explotadora, pero sin que esa mayoría logre los niveles necesarios de articulación y coordinación para construir una fuerza de poderosa eficacia política.
Se impone entonces, como tarea ineludible en la tarea por la liberación, detener cuanto antes el peligro de la división opositora e intentar construir una ruta de aproximación y confluencia entre sectores y organizaciones que aspiran a lo mismo. De lo que se trata en este momento es de pasar cuanto antes del estadio actual de dispersión y descoordinación de las fuerzas democráticas a un nuevo estadio donde frenemos esa tendencia y logremos reencontrar a la mayoría de las fuerzas sociales y políticas del país en espacios mínimos de consensos estratégicos y rutas comunes de lucha.
A partir de esta segunda semana de junio, y como contribución a esa tarea, el Frente Amplio Venezuela Libre ha anunciado el inicio de un ciclo de más de 140 encuentros regionales en todo el país, para sentar juntos a sectores tan importantes de la sociedad como el de las universidades, el de la salud, el sector laboral y obrero, las comunidades organizadas, organizaciones no gubernamentales y los partidos políticos.
Estos encuentros a realizarse en todos y cada uno de los 24 estados buscan, por una parte, promover la consolidación de espacios de coincidencia entre actores sociales y políticos distintos que necesitan encontrarse y generar acuerdos que permitan avanzar en el objetivo común de la liberación de Venezuela y, por la otra, ayudar a construir una estrategia conjunta orientada a movilizar a los sectores sociales y políticos para lograr una mejor articulación de sus acciones.
“Las ideas de todos”, que es el nombre que se le ha dado a este ciclo de encuentros en todo el país, no son asambleas de ciudadanos ni tampoco jornadas de activismo político. Son unos ejercicios ordenados de escucha activa e interacción efectiva, siguiendo una metodología diseñada especialmente para estos encuentros y una facilitación homogénea a todas las sesiones de trabajo. Lo que se busca es brindar una oportunidad única para que distintos sectores sociales y políticos, a partir de sus vivencias, acciones, percepciones y sugerencias, puedan identificar y encontrar razones comunes por las cuales articularse entre ellos, más allá de sus naturales diferencias de naturaleza y criterio.
No solo estos encuentros permitirán el intercambio y acercamiento entre distintas fuerzas democráticas de importancia, sino que los resultados de tales intercambios, recogidos siguiendo igualmente una metodología de relatoría y acopio específicos, constituirán al término de los mismos un muy valioso insumo –construido desde las bases– para identificar factores mínimos comunes sobre cómo avanzar y contribuir en la tarea por la salvación de Venezuela.
Al final, el objetivo de este ambicioso proyecto de “Las ideas de todos” es ayudar a la construcción de un tejido social más fuerte y amplio por medio de la creación de espacios de encuentro entre factores de la alternativa democrática venezolana, con la finalidad de promover una negociación integral exitosa que, como acuerdo político nacional, contemple la realización de elecciones libres y justas, única forma de alcanzar una transición política y social viable, exitosa y permanente.
A pesar de su extensión nacional, “Las ideas de todos” es un esfuerzo todavía parcial. Se requiere acercar y lograr la articulación de muchos más sectores y organizaciones sociales a quienes les une el sueño de salvar a Venezuela y la lucha por conseguirlo. Este es apenas un primer paso en la dirección correcta, pero que debe ser ampliado y estimular para que continúe y extienda. Porque siendo sin lugar a dudas la inmensa mayoría, ni la historia ni nuestros hijos nos perdonarán el no haber dejado de lado nuestras diferencias y construir una poderosa fuerza social y política de transformación a partir de lo que nos une.