Oscar Bravo
A raíz de la publicación en Aporrea de un artículo de opinión que escribí titulado “La izquierda antipesuvista”, he recibido cualquier cantidad de correos electrónicos, algunos muy insultantes y groseros, pero están llenos de ciertas curiosidades, como es el caso de que la mayoría de “los ataques políticos”, comenzaban con “tú eres un maldito chavista”.
Esto lo dicen personas que evidentemente son de la derecha, pero que se “fusionan” con la forma de pensar de los izquierdistas antipesuvistas que no terminaron de explicar la razones para decir que existe un madurismo y anti madurismo, lo cual reafirma la tesis del “invento conceptual y acomodaticio” de estos militantes anti gobierno.
Uno de ellos en su correo, me escribió: “sí soy antimadurista, porque no me gusta ni Maduro ni el Psuv”, por supuesto, sin una explicación sensata y razonable sobre cuáles son los argumentos ideológicos para poder afirmar que exista una presunta corriente de pensamiento político que califique como “el madurismo”. Lo más cercano para intentar una posible definición es con una simple interpretación, “mira maldito chavista, madurismo es el gobierno de Maduro y punto”.
Es importante aclarar, que el artículo de opinión sobre la izquierda antipesuvista no lo escribí para que me respondieran los ultrosos antigubernamentales. Estos son intolerantes y prepotentes, les molesta en demasía cualquier comentario que implique pensar diferente a como piensan estos que simplemente odian al Psuv, y que ven al “madurismo” como el verdadero y único enemigo político que tienen. Eso los hace “vivir” las 24 horas del día pensando en una angustiante pregunta existencial: ¿qué voy a escribir mañana en contra del “madurismo”?
Por supuesto que dijeron otras cosas interesantes.
Hubo un comentario que no tiene desperdicio: “es cierto, a mí no me importa ni Guaidó, ni la derecha, ni el imperio, para mí lo más importante es atacar a Maduro y al Psuv, porque les tengo una inmensa arrec….”, como dicen en el ambiente jurídico: “a confesión de parte, relevo de pruebas”.
El odio es la principal característica de ese antimadurismo.