La expectación y los nervios imperan en el tribunal federal de Washington donde el expresidente Donald Trump (2017-2021) podría volver a ser imputado, esta vez por su papel en el asalto al Capitolio con el que sus simpatizantes querían anular el resultado de las elecciones de 2020.
La corte se sitúa, paradójicamente, a poco más de 500 metros del escenario de ese trágico incidente en el que murieron cinco personas y que puso a prueba la democracia de Estados Unidos.
En la calle Constitución, donde se alza la corte, han brotado improvisados platós de televisión: carpas blancas donde se refugian del calor del verano las luces y las cámaras de televisión, mientras que los camarógrafos -sentados a la sombra en unas sillas de camping- esperan con cierta ansiedad que algo suceda.
«Uno no puede relajarse del todo porque algo podría ocurrir en cualquier momento. Pero también es verdad que hay muchas falsas alarmas», cuenta a EFE Chris, uno de los camarógrafos sentados a la sombra de un árbol junto a otros compañeros.
Según explica, justo el martes hubo un momento en el que entró en la corte alguien alto y con el pelo negro que se parecía a Jack Smith, el fiscal especial designado para los casos contra Trump, e inmediatamente todos los camarógrafos y fotógrafos empezaron a correr como locos para intentar capturar su entrada en la corte.
Enseguida, se dieron cuenta del fallo, bajaron las cámaras y volvieron a sus puestos.
Dentro de la corte, la expectativa es similar, con una decena de periodistas repartidos por los bancos y el suelo en los pasillos de la corte y que intentan pasar el tiempo hablando o escribiendo en sus portátiles, aunque levantan la vista cada vez que alguien pasa.
Todo este revuelo es resultado directo de un mensaje que el propio Trump colgó la semana pasada en su red social Truth Social y en el que aseguraba que el Departamento de Justicia le había enviado una carta para avisarle de que estaba siendo investigado por intentar anular su derrota en las elecciones de 2020, donde el actual presidente Joe Biden se declaró vencedor.
Trump no ha vuelto a dar detalles específicos sobre esos procedimientos y, en Truth Social, solo ha repetido sus usuales mensajes cuestionando la independencia de las investigaciones en su contra y asegurando, falsamente, que están guiadas por motivos políticos.
«¡¡¡CONDUCTA IMPROCEDENTE DE LOS FISCALES!!!», escribió Trump este miércoles en mayúsculas en su red social.
Pese a todo, la corte federal de Washington se ha convertido en los últimos meses en el epicentro de los casos contra Trump.
En las diferentes salas de este tribunal es donde han sido juzgados decenas de simpatizantes de Trump acusados de asaltar el Capitolio el 6 de enero de 2021, justo cuando los legisladores tenían la misión de certificar la victoria electoral de Biden en los comicios de 2020.
Aquí también un gran jurado investigó la forma en la que Trump manejó decenas de documentos clasificados que se llevó a su mansión de Florida tras dejar la Casa Blanca en enero de 2021 y que, durante meses, se negó a entregar al FBI.
Aunque se gestó en Washington, ese caso de los documentos clasificados acabó siendo enviado a una corte de Florida, donde un juez ya ha fijado el 20 de mayo de 2024 como la fecha del inicio del juicio contra Trump.
La corte de Washington, con sus seis pisos y sus pasillos de mármol, fue también hace años el escenario de los grandes juicios relacionados con la llamada trama rusa, que investigaba los contactos entre elementos cercanos al Gobierno ruso y miembros de la campaña presidencial de Trump para las elecciones de 2016.
El que fuera jefe de campaña de Trump para esos comicios, Paul Manafort, fue sentenciado en 2019 en esta corte a 7 años y medio de prisión, aunque acabó cumpliendo menos de 2.
El tribunal ha sido testigo durante años de los líos de Trump y, ahora, aguarda con cierta ansiedad el desenlace de este nuevo capítulo.
Con información de EFE
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