El presidente chino Xi Jinping animó este viernes a sus vecinos de Asia Central a «aprovechar plenamente» su potencial de colaboración económica con Pekín, en una cumbre con jefes de Estado de esta región vital para los intereses chinos.
Xi recibió esta semana a los líderes de Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán en una cumbre en la ciudad de Xi’an, en el norte de China, en lo que Pekín calificó de «hito».
Según datos de Pekín, el comercio con los países centroasiáticos se elevó a 70.000 millones de dólares en 2022, y creció un 22% interanual en el primer trimestre de este año.
La región es fundamental para la llamada Nueva Ruta de la Seda, un ambicioso proyecto chino de infraestructuras para Asia y Europa.
En ese sentido, Xi dijo a sus homólogos centroasiáticos que sus países deben «aprovechar plenamente el potencial de la cooperación tradicional en economía, comercio, capacidad industrial, energía y transporte».
También destacó la necesidad de desarrollar «nuevos vectores de crecimiento», como «las finanzas, la agricultura, la reducción de la pobreza, la descarbonización, la salud y la innovación digital».
«Tomar la delantera»
La Nueva Ruta de la Seda, también conocida como la Iniciativa de la Franja y la Ruta, es un proyecto geopolítico determinante en la política exterior de Xi Jinping.
Pekín ha mostrado voluntad de fortalecer la cooperación con los países centroasiáticos y llenar el vacío dejado por Rusia en estas antiguas repúblicas soviéticas debido a la guerra de Ucrania.
Xi enfatizó en ese sentido que China y los países de Asia Central deben «tomar la delantera» en este megaproyecto de infraestructuras y «profundizar su confianza mutua».
Pekín ampliará las conexiones de transporte con la región, dijo igualmente el líder chino, y se esforzará en acelerar la expansión de un gasoducto de Asia Central hacia China.
Xi prometió además 26.000 millones de yuanes (3.700 millones de dólares) en «apoyo financiero» a la región.
«China está tratando de convencer a los países de Asia Central de que está emergiendo un nuevo mundo multipolar», dijo a AFP Niva Yau, del centro de reflexión Atlantic Council’s Global China Hub. Según esta experta, hay «unidad» entre los países de la región en cuanto a la estrategia de tener «relaciones fuertes» con Pekín.
El discurso de Xi abordó también la cooperación en materia de seguridad frente a lo que Pekín denomina como «los tres males» de la región: el separatismo, el terrorismo y el extremismo.
«Los seis países deberían oponerse con firmeza a las injerencias externas en asuntos internos, y a los intentos de instigar ‘revoluciones de color’», dijo Xi refiriéndose a revueltas pasadas en algunos países ex soviéticos como Ucrania y Georgia, que según Moscú fueron alentadas por Occidente.
Influencia creciente
La invasión rusa de Ucrania ha permitido a China ganar espacio en Asia Central, aprovechando que muchos en la región se han replanteado su relación con Rusia y buscan ahora respaldo económico, diplomático y estratégico en otras potencias.
«La implicación militar rusa en Ucrania ha suscitado la imposición de sanciones occidentales, lo cual ha debilitado el poder de Rusia y causado un declive relativo de su influencia en Asia Central», dijo a AFP Lu Gang, director del centro de estudios centroasiáticos de la Universidad Normal del Este de China.
El resultado es que «los países de Asia Central están poniendo más énfasis en la cooperación económica y el apoyo político de China», añadió Lu.
En ese contexto, Xi Jinping se posiciona «como un líder que puede promover la paz y el desarrollo global», abunda Zhiqun Zhu, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Bucknell, en Estados Unidos.
La cumbre coincide con la del G7 en Hiroshima, que entre otros puntos de su agenda tiene el de «repeler la creciente influencia de China en el mundo», destaca Zhu.
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