28 de septiembre de 2024 4:13 AM

Werther Sandoval: El Tucídides geomediático entre Biden y Putin

Werther Sandoval

Responder a la intencionalidad comunicacional contenida en las preguntas de los periodistas, con explicaciones de contextos propios o asociados a la identidad cultural, histórica, política o ideológica de los medios, fue una de las estrategias aplicadas por el equipo de comunicaciones que acompañó al presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, antes, durante y después del encuentro con su homólogo estadounidense, Joe Biden.

Veámoslo así. Ante las corrosivas preguntas lanzadas por algunos medios, Putin puso énfasis en respuestas caracterizadas por explicaciones contextuales de acontecimientos, eventos, declaraciones o hechos únicos, similares o comparables a los ocurridos en países con los cuales se identifican los medios: Estados Unidos, Ucrania y los de Europa, y su instrumento militar, la OTAN.

Además de la entrevista dada a la cadena televisiva estadounidense NBC, la estrategia comunicacional logró su propósito en la conferencia de prensa, en la cual Putin actuó como director, expositor y entrevistado. Designaba a cuál periodista se le entregaba el micrófono. Similar técnica empleo Biden. La rueda de prensa exige periodistas altamente especializados en la fuente y el tema a tratar, dotados de preguntas precisas bien formuladas que reduzcan el riesgo de que el entrevistado manipule sus contenidos o responda solo las de su interés. El reportero debe estar dotado de talento y perspicacia para hacer repreguntas, cuando el contenido lo amerita, sobre las respuestas ya dadas por el entrevistado a otros periodistas.

En la rueda de prensa ofrecida por Putin al término de su primer encuentro con Biden, un periodista le preguntó sobre el señalamiento de “asesino” que le hizo el mandatario estadounidense, ante lo cual respondió:

“Tomemos Afganistán. Mataban a unas 120 personas con un solo ataque, exterminaban las bodas una y otra vez. Supongamos que fue por error, esto también ocurre. Pero el fuego desde drones o helicópteros contra personas evidentemente civiles en Irak, ¿qué es eso? ¿Quién es culpable de eso? ¿Quién es el asesino?”, agregó y resaltó que la base de EE.UU. en Guantánamo todavía está funcionando mientras que “no se ajusta a nada: ni al derecho internacional, ni a las leyes estadounidenses”.

De manera similar, cuando en la rueda de prensa otro periodista responsabilizó a Rusia por los ciberataques ocurridos en EEUU, Putin dijo: “De fuentes estadounidenses se desprende que la mayor cantidad de ciberataques en el mundo se llevan a cabo desde el ciberespacio de EE.UU. El segundo lugar lo ocupa Canadá. Luego, están dos países latinoamericanos y el Reino Unido”, declaró, además de informar que Rusia no está incluida en esta lista.

Cuando fue inquirido sobre el movimiento de tropas rusas en la frontera con Ucrania, además de señalar que es un acto soberano realizado en territorio ruso, remarcó que fueron ejecutado a distancia para luego destacar que EEUU, a través de la OTAN, ejecuta operaciones militares en zonas cercanas a los límites de Rusia con Europa. Similar orientación tuvo las respuestas a preguntas sobre la Antártida, agencias extranjeras, tratamiento a opositores internos.

En el actual momento, el fiel mediático de ambos líderes se mueve entre las breves exposiciones del presidente estadounidense, y la mayor disposición de su homólogo ruso a responder las preguntas de los medios. Tanto así, que el empleo de los medios para dirimir o dilucidar diferencias geopolíticas ya venía siendo asumido por Putin desde antes del arribo de Biden a la presidencia; pero la iniciativa se hizo más evidente cuando el mandatario ruso propuso celebrar una reunión online publica con el presidente estadounidense.

“La otra vez la iniciativa de una conversación telefónica procedía del presidente Biden. Le quiero ofrecer al presidente Biden que continuemos nuestra discusión, pero bajo la condición de que lo hagamos prácticamente en directo, ‘online’. Sin demoras y de forma directa, una discusión abierta”, declaró el presidente de Rusia. Biden se negó.

El balance mediático comienza a señalar o a dar indicios de que el peso testimonial de las argumentaciones y soportes requeridos para emitir acusaciones, desmentidos, aclaratorias en el terreno geopolítico se mueve a favor de Rusia, mientras los planteamientos de EEUU tienden a desvanecerse por carecer de pisos fácticos capaces de brindarle credibilidad. Putin ha tomado distancia de la denominada Guerra Fría, de manera que hace aguas toda acusación o señalamiento asociado al comunismo.

La confrontación como noticia fue la intención comunicacional dominante en la rueda de prensa de Biden, en la cual no había medios rusos. Los medios escarbaron en búsqueda de conflictos. Los periodistas expusieron sin pruebas, y como hechos ciertos, las matrices mediáticas impuestas por el Gobierno de EEUU y respondidas por Putin, en cuya conferencia sí hubo agencias de noticias de EEUU.

Visto así el escenario mediático, digamos geomediático, al carecer de actuaciones personales o acciones de gobierno que puedan ser usados en su contra, permite al líder mostrarse mediáticamente relativamente confiando, tal cual lo hizo en la conferencia de prensa, cuya duración fue de 56:48 minutos. A Biden, por el contrario, le tocan breves exposiciones mediáticas. Su conferencia de prensa fue de 34:31 minutos.

Una interpretación de tal escenario geomediático es que las relaciones entre ambas potencias nucleares viven una etapa histórica no deseada de la Trampa de Tucídides, la cual dice que “…cuando un poder en ascenso desafía el dominio de un poder establecido, es probable que ese poder dominante responda con violencia. Es un modelo para predecir cuándo es probable que haya guerra entre dos naciones, pero también una forma de proponer soluciones alternativas destinadas a prevenir la guerra. Después de todo, el objetivo de identificar una trampa es evitarla”.

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