Jueves 28 de octubre 2021
Llega a Caracas el señor Fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan. Acude él a un país institucionalmente desconfigurado en el cual, si se repite la misma agenda colombiana- presidencia, altas cortes, Defensoría del Pueblo, entre otros- se reunirá con Nicolás Maduro en Miraflores, Maikel Moreno y Lourdes Suárez Anderson en la sede del Poder Judicial, con Alfredo Ruiz Angulo en la Defensoría del Pueblo y adicionalmente, no lo dudo, con Tareck William Saab en la sede de la Fiscalía General de la República- quienes fungen como representantes de los poderes que en Venezuela actúan.
Gonzalo Oliveros Navarro / @barraplural
Como quiera que no hay funcionario desinformado, seguramente el señor Fiscal de la CPI conoce que la presidencia del señor Maduro es discutida interna y externamente a partir del 10 de enero del 2019, así como que también sabrá que es a él a quien responden todos los mandos civiles y militares en el país; si su oficina hizo su trabajo, tendrá presente cuando llegue a la sede del Tribunal Supremo que quien funge como presidente de la Sala Constitucional forma parte de los magistrados a los que la Asamblea Nacional del 2015 le revocó su designación el año 2016; cuando converse con el señor Ruiz Angulo –quien para conocimiento general ocupa como Defensor del Pueblo la sede nacional de ese organismo- recordará que el mismo fue designado el año 2017 por una Asamblea Constituyente que no discutió uno solo de los artículos para los cuáles habría sido convocada, lo mismo que le pasará cuando se reúna con el señor William Saab.
Si quienes forman parte de su staff fueron diligentes, seguramente le habrán informado al señor Khan que en la actualidad la Asamblea Nacional del 2020 –cuya integración también es discutida- ha aprobado distintas normativas que pretenden dar la apariencia de normalidad en materia judicial, sin que se hubiere producido una discusión pública sobre las mismas –como lo ordena la ley- así como también que la mayoría de los jueces y fiscales que en Venezuela actúan no son de carrera, a pesar de las gestiones de última hora que pretende ejecutar respecto de los últimos nombrados, el señor William Saab, también en violación a la normativa que les rige.
Ante ese escenario, si la diplomacia no fuera lo que es, el señor Khan muy bien pudiere sugerirle a sus interlocutores la imperiosa necesidad que tiene Venezuela de reinstitucionalizarse, a los fines de evitar que sea la CPI el órgano que actúe respecto de las violaciones de derechos humanos que el órgano a su cargo -por efecto de la intervención de la señora que le precedió en su posición- detectó e hizo del conocimiento de los señores magistrados de esa instancia judicial internacional, quiénes en algún momento deberán decidir al respecto.
En todo caso, como quiera que en los términos actuales de la normativa internacional en materia de derechos humanos, la intervención de la sociedad civil organizada es uno de sus soportes, no debería extrañarnos que el señor Fiscal tenga oportunidad de reunirse con organizaciones defensoras de ddhh así como los presos políticos que en las cárceles venezolanas se encuentran y sus familiares, a los fines de que conozca, la versión que, del lado de las víctimas, se les dará respecto de la situación venezolana.
La acción de la Corte Penal Internacional solo será posible evitarla si quienes lideran el país –en todos sus espectros- comprenden que es impostergable modificar a fondo y sin engañifas, el estado de cosas en el cual el mismo se encuentra.
Los venezolanos, todos y cada uno de nosotros, requerimos que se haga efectivo el artículo 2 constitucional, vale decir, que se construya el Estado Democrático, Social de Derecho y de Justicia que allí se prevé contra el cual conspira el estado actual de nuestras instituciones, por lo que es indispensable la reinstitucionalización general que corresponde, cuyo escenario es, nadie lo dude, la Mesa Mexicana de Negociación.