Unicef ha dio a conocer los resultados de su informe sobre el Estado Mundial de la Infancia 2021, y son bastante alarmantes. La pandemia de Covid-19 ha hecho estragos en los más pequeños, pero advierten de que antes incluso de la aparición del virus en la infancia y juventud ya había serios problemas de salud mental.
Por: El Espectador de Caracas con información de WebConsultas
Según indican unos 46.000 adolescentes se suicidan cada año en el mundo, lo que equivale a una muerte cada 11 minutos y se posiciona como la quinta causa de muerte infantil en el planeta. Y es que, estiman que más de 1 de cada 7 adolescentes entre 10 y 19 años en el mundo tiene algún problema de salud mental diagnosticado.
“La salud mental es una asignatura pendiente de toda la sociedad de todo el mundo, y por supuesto también de la española. En un día como hoy, 120 niños van a quitarse la vida en el mundo”, explica Gustavo Suárez Pertierra, presidente de UNICEF España. Además, el experto cree que la salud mental está estigmatizada y no se llega a comprender adecuadamente, por lo que tiende a ocultarse.
Y es que, según el informe, solo el 2% de los presupuestos de salud de los gobiernos en el mundo se destinan a los problemas de salud mental o a prevenirlos. Algo insuficiente y que es necesario reforzar con urgencia para poder así mejorar el bienestar psicológico de los niños y jóvenes y evitar gran cantidad de suicidios.
TDAH, autismo y depresión los problemas más diagnosticados en niños
Los problemas mentales más diagnosticados en los menores de edad son el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), ansiedad, autismo, trastorno bipolar, trastorno de la conducta, depresión, trastornos alimentarios, discapacidad intelectual o esquizofrenia, todos ellos pueden perjudicar considerablemente la salud, la educación, las condiciones de vida y la capacidad para obtener ingresos de los niños y los jóvenes.
La pandemia de COVID-19 ha alterado la educación, rutina y ocio de los adolescentes, que junto a las preocupaciones de sus familias por los ingresos y la salud ha hecho que muchos jóvenes tengan miedo y preocupación por su futuro. Desde UNICEF indican que muchos de ellos no consiguen verbalizar lo que les ocurre con su entorno, lo que empeora todavía más la situación.
“A través de una conversación uno le puede preguntar a un amigo qué tiene en su mente; y ese otro amigo puede callar o animarse a hablar de sus problemas. De esta manera, queremos arroparlos para que se sientan seguros a la hora de buscar un especialista y así empoderar a los jóvenes, maestros y cuidadores a realmente a hacer algo y actuar, para que eso que exigimos a los Gobiernos en su compromiso, sea realmente efectivo”, indica Cristina Junquera, responsable de Incidencia Política de UNICEF España.