Moscú y Kiev se culparon mutuamente de ser responsables de la enorme brecha abierta en la represa de Kajovka, en la región de Jersón (sur).
Los habitantes de la vecina ciudad del mismo nombre se dirigían a zonas elevadas a medida que subía el nivel del río Dniéper, contenido por el embalse y una central hidroeléctrica.
Según Kiev, «unas 16.000 personas se encuentran en zona crítica», amenazada de inundación. «Hasta ahora, 24 localidades en Ucrania han sido inundadas. El ministerio del Interior ya ha evacuado a unas mil personas. La evacuación continúa», dijo el ministro del Interior ucraniano, Igor Klymenko a la televisión ucraniana.
Por su parte, Moscú estimó que 14 localidades, en las que residen «más de 22.000 personas», se encuentran en situación de riesgo, si bien el panorama está «enteramente bajo control».
La represa de Kajovka y su central hidroeléctrica fueron tomadas por Rusia en las primeras horas del conflicto que empezó el año pasado.
Ucrania y Occidente culpan a Rusia
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, convocó una reunión de su Consejo de Seguridad Nacional por lo que calificó de «ataque terrorista» y su ministro de Exteriores, Dmytro Kuleba, pidió una reunión urgente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Las potencias occidentales también culparon a Rusia de los daños en la represa de Kajovka. «Solo hay un responsable de esta catástrofe ambiental: la criminal guerra de agresión de Rusia contra Ucrania. (…) Trabajamos a toda máquina para obtener una imagen precisa de la situación y estamos en estrecha coordinación con nuestros socios del G7 y mi colega Dmytro Kuleba», tuiteó la ministra alemana de Exteriores, Annalena Baerbock, por ejemplo.
El jefe de la Unión Europea (UE) , Charles Michel, lo calificó de «crimen de guerra». Y el jefe de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo que la destrucción es «indignante» y «pone en peligro a miles de civiles y causa graves daños medioambientales».
Rusia culpa Ucrania
Rusia, sin embargo, aseguró que la represa fue parcialmente destruida por «múltiples ataques» procedentes de las fuerzas ucranianas.
Según el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, la destrucción fue el resultado de un «sabotaje deliberado de la parte ucraniana».
La represa, construida en la era soviética, se asienta sobre el río Dniéper, que suministra agua de refrigeración a la central nuclear de Zaporiyia, ocupada por Rusia. La inundación reavivó los temores por la seguridad de esta central, bajo control ruso, situada a unos 150 kilómetros de la represa.
Rusia y Ucrania ofrecieron versiones contradictorias sobre la seguridad de la instalación. Pero el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) de la ONU dijo que sus expertos «siguen de cerca la situación» y que «no hay riesgo inmediato para la seguridad nuclear en la planta».
En el mismo sentido, el director de la planta instalado en Rusia, Yuri Chernichuk, dijo que «por el momento, no hay ninguna amenaza para la seguridad». Según Chernichuk el sistema de refrigeración por agua no está en contacto directo con el entorno exterior y puede rellenarse a partir de fuentes alternativas.
Alarma por Zaporiyia
Ucrania, que en 1986 sufrió la devastadora catástrofe nuclear de Chernóbil, dio la voz de alarma. «El mundo se encuentra de nuevo al borde de una catástrofe nuclear, porque la central nuclear de Zaporiyia perdió su fuente de refrigeración. Y este peligro crece ahora rápidamente», declaró el asesor presidencial ucraniano Mijailo Podolyak.
En el mismo sentido el operador nuclear ucraniano, Energoatom, dijo que el nivel de agua de la represa de Kajovka está «disminuyendo rápidamente, lo que supone una amenaza adicional para la central nuclear de Zaporiyia, ocupada temporalmente».
Especulaciones sobre contraofensiva de Ucrania
La destrucción parcial de la represa se produce en medio de crecientes especulaciones sobre una inminente contraofensiva de Ucrania, que no ha dado información. El lunes, el presidente Zelenski elogió a sus tropas por los avances reivindicados cerca de la devastada ciudad de Bajmut, mientras que Rusia dijo que había repelido un ataque a gran escala.
En octubre Ucrania ya acusó a Rusia de minar la represa mientras se libraban combates en sus inmediaciones, cuando tenía lugar la última gran ofensiva de las fuerzas ucranianas, algo que Moscú niega.
La represa de Kajovka, construida en la década de 1950, en plena la época soviética, tiene un valor estratégico ya que suministra agua al Canal de Crimea del Norte, que nace en el sur de Ucrania y atraviesa toda la península de Crimea, bajo control ruso desde 2014.
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