23 de noviembre de 2024 3:00 PM

Jesús Rangel Rachadell: Turismo de aventura

De paseo por la isla de Margarita disfruté del radiante sol, de la bahía de Pampatar y de los paseos por los centros comerciales casi para mí solo. De día mucha luz y de noche la total oscuridad, el alumbrado público está dañado o sin activar, las calles abandonadas, los semáforos apagados. La gente se recoge muy temprano por temor a la inseguridad. Este cuento de terror apenas comienza.

Como en toda Venezuela, a excepción de Caracas, se disfruta de un racionamiento de la electricidad sin aviso, y en algunas zonas les da por quitar el preciado fluido eléctrico a las 7:00 de la noche y a cualquier otra hora también. Nuestro país está falto de programación, previsión y mantenimiento, es un barco a la deriva.

El agua llega cada cuarenta días, y con suerte podrá bombearla si coincide que tiene electricidad, lo cual sucede (lo viví), que llegue el vital líquido sin poder servirse de él por tener las bombas apagadas.

Todas estas penurias se viven en la isla a pesar de tener un flamante protector que se supone debe velar por los intereses de los neoespartanos mejor que el gobernador electo. Según me contaron los taxistas, los trabajadores de la playa, las cajeras, los jóvenes que embolsan en los automercados, los vigilantes y las dependientes de las tiendas, todos la están pasando muy mal. Gracias a ellos puedo referir la información adicional, que pude levantar por cuenta propia.

La gasolina escasea al igual que en el resto de nuestra patria. Las gasolineras trabajan de lunes a viernes, hasta el mediodía, sábado y domingo descansan de tanto laborar. Los conductores tienen día fijo para surtirse de combustible, se debe llegar de madrugada o desde la noche anterior. El límite es de treinta litros a la semana, o pagar en divisas. Los taxistas más de una vez declinaron prestar el servicio por falta de carburante.

Una de las historias que me entretuvo fue la de las pre-primarias del PSUV, esas que definían los candidatos que podrán presentarse para las primarias de agosto. Por alguna razón que no comprendo varias personas me dijeron que Marisel le ganó a Dante, y que perdió la esposa de Diosdado, la cual no se postuló. Resulta que al tal Dante Rivas, flamante protector del chavismo, lo consideran tan responsable de los males que sufren en la isla como la dictadura de Nicolás. El protector es el representante de Caracas y la capital del país es el origen de todos los problemas. Tengo el pálpito de que necesitará un gran viento de cola para ganar la nominación, y si la obtiene tendrá que vencer el sentimiento antigobierno que se respira por estos lados.

La oposición no tiene claro si va a participar en las elecciones de gobernador, sin embargo, Morel Rodríguez está preparado al bate por si acaso, sus ochenta años son un detalle menor en la memoria del pueblo. A Alfredo Díaz le critican su falta de coraje contra el gobierno central y del protector impuesto, sobrevivir es insuficiente, ya que la gente quiere verlo pelear, hasta dudan que se lance a la reelección.

Regresando a los servicios públicos, el Internet es fatal en la isla, del ABA de Cantv ni hablar, al igual que el resto del país es caro, y la mayoría del tiempo está desconectado. Las operadoras de telefonía celular dan un servicio pésimo, y eso que las transacciones monetarias son mediante pago móvil o rápido de los bancos, gracias a que los puntos de pago están sin línea o tienen un límite mínimo que obliga a pasar la tarjeta de débito varías veces. En la plaza de Pampatar, municipio Maneiro, donde se encuentra la alcaldía se puede acceder a Internet gratuito cortesía de esa institución, la velocidad es regular dependiendo de la cantidad de aparatos conectados, pero fue la única opción que pude utilizar a falta de señal de los celulares y los centros de telecomunicaciones que visité sin conexión.

Entrar o salir de la isla es complicado. Se viaja cuando puede no cuando quiere, los ferrys y aviones deben esperar la semana flexible. Es un sinsentido dejar a la gente atrapada y sin opciones por siete días. Si piensa trasladarse en ferry; primero, le hará falta gasolina, antes, durante y después; segundo, debe comprar el pasaje en el puerto de Guanta, estado Anzoátegui o en Punta de Piedras, estado Nueva Esparta, olvídese de comprarlo por Internet o en oficinas en Caracas, además, espere a que confirmen que la semana será flexible; tercero, consiga una PCR negativa (examen de covid-19) con menos de 48 horas de emitido, de ser varios pasajeros se encarece el viaje; cuarto, le exigen un inexplicable salvoconducto de la REDI Marítima, que me imagino es una alcabala de regalo para que guisen los militares, ya que si querían controlar a los viajeros es suficiente con identificarlos en el puerto de llegada. Todos estos trámites son de ida y vuelta. Si va por avión no le piden nada, aparte del tapabocas. Todo se siente muy solo por la ausencia de turismo nacional e internacional, ni los rusos dan esperanza de mejoría.

Los turcos o árabes desplazaron a los chinos. Un chistoso me dijo que en la isla llueve poco, pero hay muchos ríos, refiriéndose a una cadena de automercados que instala uno casi al lado del otro. Estas y otras grandes cadenas colaboran con los organismos públicos más que el protector. Si la gobernación la ganase Dante nada va a cambiar, los negociados ya están hechos.

Si quiere comprar dólares o bolívares en la calle vaya a Porlamar, en la misma plaza Bolívar verá a los cambistas con los fajos de billetes, esos que se necesitan para la recarga del teléfono o montarse en el transporte público, cuando funciona. Tuve la oportunidad de subir a unas unidades rojizas del gobierno con aire acondicionado, el conductor me comentó que cada vez hay menos en funcionamiento por la mala calidad de su ensamblaje, pero como no tienen un año las están devolviendo por garantía a la fábrica en el estado Yaracuy.

10-30, cambio y fuera.

El Nacional

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