La agenda de los partidos políticos, de aquí al 21 de Noviembre 2021 está cerrada. Solo acepta regateos para ratificar candidatos electorales. Cada uno hace su apuesta y acuna sueños ganadores. Según noticia, uno de los partidos llamó a sus electores de origen y a la final, escogieron en las bases, cerca de 60.000 candidatos.
Indescifrable saber, cuáles fueron los escogidos. Ni de que zona del país provienen. Lo innegable: sin duda habrá elecciones y ganadores.
El dilema es: ¿Qué sucederá después de que el 21N se conozcan los elegidos?.
Al momento cada facción prepara sus planes de campaña. Los opositores ofrecen anticipo de su objetivo. Inician dando a conocer su slogan de campaña, exhiben la quimérica, como atémpora idea de convertirse en “Salvadores de la Patria”. Consigna ampliamente repetida en el S XIX por generales de montonera que, desde sus haciendas, tramaban golpes e invasiones contra el gobierno.
En este momento éste mensaje, es simple abalorio, que debe haber vendido algún asesor de campañas electorales, y ellos pagan con parte del tesoro que le han saqueado al país bajo el liderazgo de Guaidó y el clan López
Repiten ciegamente su error anterior. Ahora lo presentan, como nuevo mantra. Repiten como otro simbolismo habiendo dejado el anterior como testigo de su escasa sesera.
Entran en campaña con un recurso frívolo y políticamente atémporo. Repiten el camino de las ligerezas que en los últimos veinte años solo ha parido fracasos. Al contrario, son tan abrumadores y repetidos sus dislates, que el mismo Trump, declaró que “haber escogido al interino para enfrentar a Maduro” fue un error”. Edicto que ratificó el propio Biden.
Su futuro frente al reto de las elecciones del 21N es un gambito incierto. Sus lideres, en vez de dedicarse a recorrer el país y recomponer la deshecha organización, se dedican a hacer campaña electoral en hoteles de diversos paises del mundo, adonde, desde las tribunas, se les asegura, – algo que todos sabemos -, que ellos “esperan la orden de Biden para seguirla”.
Las elecciones son un hecho, de lo que no estamos seguros, es si el Santo Oficio de Biden, dirá quíen es legítimo y quién no.
Los casos de Evo en Bolivía; Castillo, en Perú y las agruras que sufre Daniel Jadue en Chile asi lo prueban. Sin Biden no hay paraiso.
