El inesperado resultado de las primarias en Argentina catalizó este lunes un tsunami financiero, con un fuerte salto en el tipo de cambio oficial y las cotizaciones paralelas y hundiendo a los bonos soberanos argentinos en medio de la creciente incertidumbre entre los inversores.
El Gobierno de Argentina devaluó la moneda nacional, elevando la cotización oficial del dólar en un 22 %, a 365,50 pesos por unidad para la venta al público en bancos y casas de cambio, donde las operaciones están desde hace años muy restringidas.
La súbita corrección se dio tras un resultado electoral en las primarias de este domingo que ha configurado un escenario de final abierto para los comicios generales de octubre, con tres candidatos -un ultraderechista, una de centroderecha y un oficialista de centro- que acaparan cerca de un tercio del electorado cada uno.
El libertario Javier Milei picó en punta, con un 30 % de los votos, mientras el frente opositor Juntos por el Cambio, liderado por la dirigente de centroderecha Patricia Bullrich, cosechó 28,27 %, y el oficialismo, que lleva como candidato presidencial al ministro de Economía, Sergio Massa, un 27,27 %.
«El escenario de tercios solo aporta más incertidumbre económica, que, sumada a la alta volatilidad de corto plazo, genera un estado de situación complejo», observó Leonardo Piazza, director de la consultora LP Consulting.
Sin reservas
Más allá del saldo electoral, la devaluación del tipo de cambio oficial era previsible dado el nivel negativo de reservas monetarias netas (-10.000 millones de dólares, según cálculos privados) que dejan al Banco Central sin poder para sostener la cotización ante la fuerte demanda de dólares.
«Con la suba de los tipos de cambio, lo que está buscando el Banco Central claramente es desincentivar la demanda de dólares oficiales, lo cual va a tener su costo en las góndolas. Todos los bienes y servicios que se pueden exportar o importar van a subir en estos días, porque se compran con dólares oficiales», advirtió el economista Aldo Abram, director ejecutivo de la Fundación Libertad y Progreso.
Además, la corrección cambiaria, que era demandada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y a la que hasta ahora se había resistido Massa, es interpretada como un guiño al organismo para que apruebe en breve nuevos desembolsos para Argentina que eviten más zozobra financiera.
De hecho, tras la decisión de devaluar, el FMI -mediante un comunicado de su portavoz, Julie Kozack- dijo valorar «las acciones de políticas recientes de las autoridades» argentinas y confirmó que el 23 de agosto el directorio del organismo se reunirá para aprobar desembolsos por 7.500 millones de dólares.
Mercados alterados
En los mercados, la reacción fue de alta volatilidad.
El índice S&P Merval de la Bolsa de Buenos Aires abrió en caída, pero cerró finalmente con un alza del 3,30 %, en parte alimentada por las operaciones con dólares financieros.
Sin embargo, acciones de empresas argentinas que cotizan en Nueva York se desplomaron hasta un 10 %, mientras que los bonos soberanos argentinos en dólares cerraron en caída.
«La sorpresiva victoria de Javier Milei en las elecciones primarias del domingo sacudió al mercado, que vio con malos ojos una radicalización de la política, a su vez que se confirmó una mala elección por parte de Juntos por el Cambio», observó el banco CMF en un informe.
En el mercado cambiario, el precio del dólar informal saltó 13,2 %, a un récord de 685 pesos por unidad, mientras que la cotización financiera del denominado dólar «contado con liquidación» avanzó 9 %, a un máximo de 655 pesos por unidad.
«Dado que todavía restan más de dos largos meses por delante hasta las elecciones generales, se teme que el escenario de tercios complique aún más la administración de los desequilibrios macroeconómicos, entre ellos el cambiario», apuntó el economista Gustavo Ber.
Con información de EFE
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