OSCAR BRAVO
La llamada ultraderechista oposición política más radical y que supuestamente es venezolana, pero que extrañamente no quiere a Venezuela (adoran a los Estados Unidos) pareciese que no están viviendo políticamente un buen momento, lo cual se expresa en una tríada de importantísimos indicadores:
1.- A nivel internacional, el parapeto político conocido como “el interinato” cada vez tiene menos apoyo, como por ejemplo, la salida del poder de Trump, Macri, Piñera, Duque y próximamente Bolsonaro.
2.- A nivel nacional, la inmensa mayoría de los subsectores de una oposición política que está ultradividida no acepta al interino como jefe político.
3.- El imperialismo estadounidense, la derecha internacional y la sucursal que tienen en el país están buscando la manera de darle un elegante preaviso al autoproclamado sin que se vea como una derrota de la derecha, ya que no le ven sentido a seguir sosteniendo (¿hasta cuándo?) un cargo que nunca tuvo una sólida coherencia legal.
Se dice que esa fantasía de un “autoproclamado provisional” como presidente encargado, y que lleva más de tres años con un gobierno virtual y de maletín, es un invento de los asesores políticos más cercanos al expresidente de EEUU, Donald Trump, quienes la consideran una salida genial para construir poderes públicos paralelos en Venezuela.
También que la gran jugada estratégica era “legitimar internacionalmente” a un presunto primer mandatario, sin haber sacado un solo voto y, a su vez, desconocer y rechazar el contundente triunfo electoral del presidente Nicolás Maduro el domingo 20 de mayo del 2018.
Ahora el gobierno de Joe Biden tiene tremendo dilema sobre qué hacer con esta “papa caliente” y están conscientes de que el interino fue fabricado en los laboratorios políticos republicanos y que la realidad sociopolítica actual de Venezuela y de la región suramericana es otra. Por lo tanto, están intentando “hilar fino” para que no se vea como un triunfo de la izquierda y el progresismo la eliminación de un cargo político que es ilegal e inconstitucional. El mundo lo observa como a un interinato “bajo la sombra” que sin tener una estructura gubernamental, “se ha llenado” de miles de millones de dólares, sin rendición de cuentas.
Politólogo
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