Trump triunfa en primarias de Carolina del Sur

La sola emoción de las elecciones primarias de Carolina del Sur, celebradas este sábado, estaba en ver por cuántos puntos ganaba el expresidente Donald Trump a Nikki Haley, la única rival en pie en la carrera para obtener la designación republicana.

Se añadía el morbo de que Haley jugaba en casa; nació aquí y fue gobernadora del Estado entre 2011 y 2017, pero ni por esas pudo aspirar a algo más que a una contundente derrota. Bastó menos de un minuto desde el cierre de las urnas para que los medios estadounidenses, con AP a la cabeza, concedieran el triunfo al expresidente. Al final la noche, con más del 95% del escrutinio, se había apuntado en torno al 60% de los votos. En número de delegados, eso se traduce en al menos de 44 de los 50 en juego.

El ganador dio su discurso de la victoria cuando pasaban cinco minutos de las 19:00, hora en la que clausuraron los colegios electorales. Lo hizo en la capital, Columbia, y la comparecencia fue puro Trump. Empezó con una andanada contra los inmigrantes que llegan a la frontera Sur con México: “Vienen de todas partes, directos de las cárceles, de los manicomios y de otras instituciones mentales”, dijo, antes de saltar sin conexión aparente al siguiente argumento: “¡Nunca he visto al Partido Republicano más unido que ahora!”.

Citó a todos los miembros de su familia, menos a uno, Eric, su tercer hijo, sin que estuviera claro por qué, y al rato amenazó al presidente Joe Biden con su despido fulminante, en un guiño al pasado del magnate metido a político que fue estrella de la telerrealidad (”You’re fired!”, exclamó). Y a continuación dio paso a tres hombres que le han demostrado recientemente su lealtad ciega, tal vez el atributo que más admira en los demás: hablaron el gobernador del Estado, Henry McMaster, y los dos senadores por Carolina del Sur, Lindsey Graham, que se llevó los abucheos del público porque renegó brevemente de Trump tras el ataque al Capitolio, y Tim Scott. Este último fue uno de los 14 aspirantes a la designación republicana, pero desde que tiró la toalla parece empeñado hasta el sonrojo en una defensa cerrada del jefe, quién sabe si para ganarse su favor y que así lo escoja como candidato a la vicepresidencia.

Trump ya ganó en los caucus de Iowa, en las primarias de New Hampshire y en la votación híbrida caucus/primarias de Nevada. Carolina del Sur cierra el cuarteto de elecciones tempranas de la larga campaña de las presidenciales, que culmina con la votación del próximo 5 de noviembre en la que todo indica que el candidato republicano se las verá con el presidente Joe Biden; la apuesta, salvo catástrofe, del Partido Demócrata. No existe registro previo de un triunfo tan contundente de ningún otro candidato, que no partiera con la ventaja de ser inquilino de la Casa Blanca, en esas cuatro primeras citas con las urnas.

Se da la circunstancia además de que las primarias de este sábado no solo son las “primeras del Sur”, también funcionan como una sensacional bola de cristal para el Partido Republicano. Desde que se empezaron a celebrar en 1980, el escogido aquí ha acabado siendo el candidato a las generales, salvo en una ocasión. Fue cuando en 2012 optaron por Newt Gingrich en lugar de por Mitt Romney, el hombre que resultó finalmente elegido para enfrentarse (y perder) con el entonces presidente Barack Obama.

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