25 de noviembre de 2024 6:04 PM

Países adoptan acuerdo para combatir la biopiratería

Casi doscientos países adoptaron este viernes un tratado internacional que establece la obligación de identificar el lugar o comunidad de origen de un recurso genético y el conocimiento tradicional relacionado con éste cuando se solicite la patente de una invención, un paso adelante en la lucha contra la biopirateria.

Los países con una importante biodiversidad, entre ellos los andinos y amazónicos, realizaron importantes esfuerzos para sacar adelante el texto, aunque éste no satisface por completo sus expectativas y aún menos las de los grupos indígenas que participaron como observadores en las negociaciones.

En este sentido, el acuerdo excluye una demanda que había sido planteada por varios países en desarrollo relacionada con la posibilidad de revocar una patente en caso de descubrirse que se ha incumplido con informar sobre el origen de un ingrediente esencial para una invención.

La posibilidad de inhabilitar una patente estuvo en el centro de las dos semanas de discusiones que llevaron al acuerdo adoptado hoy.

El objetivo mayor era crear un reconocimiento legal en el marco del sistema de propiedad intelectual de los derechos de los países y de las comunidades autóctonas sobre su material genético único, provenga de plantas, animales, microbios o cualquier otro que contenga una secuencia genética.

Para Europa y los países occidentales en general, la revocación de patentes en caso de omisión de información -intencional o no- era una línea roja que defendieron duramente en las negociaciones, inquietos por las eventuales repercusiones que esto podía tener en el sistema de propiedad intelectual que alienta la innovación en el sector privado.

Las industrias farmacéutica y de cosméticas fueron dos de las que siguieron con mayor atención e interés estas negociaciones por el impacto que podía tener su resultado en sus actividades y negocios.

Actualmente, si una compañía presenta una solicitud de patente lo que debe demostrar es que su invención es novedosa, sorprendente (actividad inventiva) y útil, enumerar los ingredientes utilizados y el proceso que se ha seguido.

El origen de un ingrediente importante (que no puede ser reemplazado por otro) no importaba hasta ahora.

Los países biodiversos lucharon para que este tratado saliese adelante al considerarlo como un paso significativo en la lucha contra la biopirateria, es decir la apropiación ilegal de recursos que luego sirven para desarrollos industriales o tecnológicos; así como en un potencial reparto de los beneficios que se obtengan.

Desde la perspectiva de los países industrializados, este acuerdo busca sobre todo mejorar la transparencia del sistema de propiedad intelectual.

El acuerdo fue adoptado in extremis a partir de una propuesta intermedia presentada por el presidente de la conferencia diplomática en la que se llevaron a cabo las negociaciones, el embajador de Brasil ante la Organización Mundial del Comercio en Ginebra y un experto en la materia, Guilherme de Aguiar Patriota.

El diplomático dijo que el resultado fue «un texto cuidadosamente equilibrado» y que era «el mejor compromiso posible» entre una variedad de intereses que habían sido defendidos a lo largo del último cuarto de siglo, tiempo total que han durado estas negociaciones.

El acuerdo entrará en vigor cuando los quince primeros países lo hayan ratificado, lo que hace prever que será en un corto plazo.

Con información de EFE

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