La saga «Mission: Impossible» debutó en 1996 con un joven Tom Cruise y, 27 años después, se estrena el séptimo filme protagonizado por el enigmático actor, que afrontó en Italia uno de los rodajes más complicados de su carrera por la pandemia: «Siempre me fuerzo en ir más allá», aseguró a EFE en su visita a Roma.
A sus 60 años, Cruise explicó que detrás de ese esfuerzo está siempre su objetivo de «hacer la mejor película para las audiencias», mientras que Simon Pegg, que interpreta a la «mano derecha» del protagonista, definió la cinta como «otra misión imposible».
«Se trataba de otra misión imposible, paralela a la auténtica ‘Misión: Imposible’», recuerda el actor, que debutó en la saga en 2006 como el carismático Benji Dunn y desde entonces no ha faltado a ninguna entrega.
Titulada «Mission: Impossible – Dead Reckoning», la nueva aventura cinematográfica llega a los cines, dividida en dos partes, la primera se estrena el próximo 12 de julio y la segunda lo hará en junio de 2024, tras incontables aplazamientos que no han hecho más que aumentar la expectación en torno al filme.
Con un presupuesto estimado en 300 millones de dólares, el rodaje fue el primero en verse afectado por la pandemia: Cruise y su equipo se encontraban en el norte de Italia cuando esa zona del país se convirtió en el epicentro occidental del coronavirus en febrero de 2020, días antes de que el mundo entero se parase.
Sin embargo, también fue la primera producción de Hollywood en retomar la actividad con un estricto protocolo que marcó la pauta para el resto de la industria y que les permitió filmar en las calles vacías de Venecia y Roma, por una vez libres de los millones de turistas que las visitan todo el año.
Agradecimiento a Italia
Cruise reconoció las dificultades durante el estreno mundial del filme en las emblemáticas escaleras de la Plaza España de la «Ciudad Eterna», el escenario elegido este lunes para el evento.
«Quiero agradecer a Roma y a Italia por permitirnos rodar aquí durante tiempos tan difíciles, fue un honor y un sueño», dijo a los cientos de curiosos allí congregados.
Algunas de las escenas más impresionantes de la nueva película suceden en la capital italiana, como una vertiginosa persecución de más de 20 minutos en la que Cruise y su nueva compañera de aventuras, la británica Hayley Atwell, recorren los alrededores del Coliseo a bordo de un viejo Fiat 500.
Tres años después de filmarlo, el director Christopher McQuarrie reconoce a EFE que sigue «impresionado» con que la ciudad les diera «el permiso para hacerlo posible». «Creo que no veré algo así otra vez», añade.
Rodar esa escena, uno de los hitos de un filme que promete adrenalina constante, requirió más de 40 días de trabajo en una Roma vaciada de turistas y confinada bajo estrictas medidas sanitarias en el infame marzo de 2020.
«Entrenamos varios meses antes para hacerlo en condiciones seguras -señala por su parte Atwell-. Éramos conscientes de la belleza de la ciudad, queríamos asegurarnos de que podíamos respetarla completamente».
Atwell, que debuta en la saga como la nueva aliada (Grace) del protagonista (Ethan Hunt), no duda al afirmar que la «ética de trabajo» y la «disciplina» de Cruise fueron determinantes para continuar con el proyecto.
«Lo vivimos como otro obstáculo más, había mucha esperanza en nosotros y sabíamos que teníamos que seguir adelante, no importa lo que pasara», apunta a EFE.
Con información de EFE
Síguenos en Telegram, Instagram y Twitter para recibir en directo todas nuestras actualizaciones