Tipos, síntomas y diagnóstico de la luxación de tobillo

La luxación de tobillo es una lesión que rara vez se produce. Por lo general, cuando pasa, se debe a un accidente muy severo, casi siempre de tránsito o durante la práctica de algún deporte. Básicamente, significa que se desplazó alguno de los huesos por una fuerza excesiva sobre el ligamento que los une.

Por: El Espectador de Caracas con información de Mejor con Salud

En una luxación, hay una división permanente de las dos partes que componen una articulación. De este modo, se produce una separación en los extremos de tales huesos, que son las partes que están conectadas. En el caso de la luxación de tobillo hay separación entre la tibia y el astrágalo. ¿Quieres saber cómo se produce? A continuación te lo contamos.

Tipos de luxación de tobillo

Tipos de luxación de tobillo.

En general, la luxación de tobillo provoca mucho más dolor que la misma fractura. Es tan fuerte que no resulta extraño que el paciente pierda la consciencia. Por lo tanto, se trata de una condición que exige atención médica y hospitalaria de urgencia.

Hay varias formas de clasificar la luxación de tobillo. Se pueden categorizar según la causa que las produzca, la forma como se configure la lesión y el tiempo de evolución. Veamos cada una de estas clasificaciones.

Según la causa, la luxación de tobillo se divide en:

  • Traumatismo directo e indirecto. Es el caso en el que una luxación de tobillo se produce por un severo accidente deportivo o de tránsito.
  • Tracción muscular. Cuando es fruto de un movimiento violento, brusco o inadecuado.
  • Recidivantes. Si hay una luxación previa no curada y persiste la rotura de ligamentos, es usual que se presenten nuevas luxaciones.
  • Espontánea. Cuando hay debilidad ósea o articular, debido a enfermedades previas, como la osteoporosis u otras similares.
  • Congénitas. Las que se producen durante la etapa fetal o desde el nacimiento.

Por otro lado, la forma como se configura la luxación de tobillo se refiere a la manera en la que se presenta la lesión. Esta puede ser:

  • Completa. Cuando se presenta pérdida total del cartílago articular y los componentes de la articulación están totalmente separados.
  • Abierta. Si además de la luxación de tobillo también hay una herida en la piel.
  • Cerrada. Cuando no hay rupturas en la piel.

Según el tiempo de evolución, el trauma se puede clasificar en:

  • Aguda. Al momento inmediato de haberse producido.
  • Reciente. Cuando tienen menos de 3 semanas de evolución.
  • Antigua. En los demás casos.

Síntomas y diagnóstico de la luxación de tobillo

La principal manifestación clínica es el dolor, ya que es sumamente intenso. También, hay una sensación de desgarro, que se percibe como profundo y fatigante. Es usual que comience a disminuir poco a poco, pero se activa cuando se intenta mover el tobillo. Esto produce un espasmo muy fuerte que puede llevar a la pérdida del conocimiento.

Adicional a esto, una publicación de University of Rochester Medical Center señala que en una lesión como esta es posible que se presenten síntomas como:

  • Hinchazón y hematomas.
  • Incapacidad para poner peso sobre el pie.
  • Problemas para mover el tobillo.
  • Deformidades en la zona.

En cuanto al diagnóstico, el médico comenzará a explorar la zona lesionada. Luego, hará una palpación suave para determinar cuáles son los puntos de máximo dolor y establecer si hay desplazamiento de fragmentos.

Además, intentará mover el pie en diferentes direcciones para formarse una idea previa de la naturaleza de la luxación. Lo más frecuente es que ordene radiografías y, de ser necesario, un TAC. De esta manera, se podrá establecer cuál es el tipo de lesión.

Complicaciones y prevención

Estiramientos preventivos.

La luxación de tobillo, como cualquier otra lesión, también puede dar origen a diversas complicaciones. Las más frecuentes son el desgarramiento de los músculos, tendones y/o ligamentos que sustentan la articulación. Así mismo, puede haber daño nervioso en los vasos sanguíneos adyacentes.

En algunos casos se presenta rigidez articular. También, es posible que se desarrolle artritis con el paso de los años y que la persona quede susceptible a tener nuevas luxaciones en el mismo tobillo, o incluso fracturas. La Universidad de California plantea que las principales medidas de prevención para evitar la lesión son las siguientes:

  • Hacer calentamiento antes de realizar cualquier actividad deportiva.
  • Realizar ejercicios frecuentemente, con el objetivo de incrementar la resistencia de los ligamentos y aumentar la flexibilidad de las articulaciones.
  • Realizar actividad física que fortalezca los tobillos.
  • Emplear elementos de protección cuando se lleven a cabo actividades que expongan los tobillos a una lesión.
  • Utilizar calzado cómodo y adecuado para cada actividad.
  • Reemplace los zapatos deportivos cuando ya estén desgastados.
  • Si ya se ha experimentado una lesión anterior, lo mejor es usar bandas de protección para evitar lesiones futuras.
  • Prevenir las caídas, evitando pisar suelos resbalosos o inestables.

Por último, es fundamental aprender a escuchar tu cuerpo. Si experimentas dolor en los pies o en el tobillo, lo mejor es detener o modificar la actividad hasta que la molestia desaparezca. Además, si has tenido una lesión previa, se debe pasar por un periodo de rehabilitación antes de regresar a la rutina. Esto evitará lesiones recurrentes.

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