Querer y no poder: esta es una de las sensaciones comunes para quienes tienen timidez extrema. Los que viven así sienten que son los que se quedan mirando desde la otra vereda cómo sus amigos se divierten jugando al fútbol, a la par que se imaginan a ellos mismos corriendo detrás de la pelota.

Por: El Espectador de Caracas con información de Mejor con Salud

La timidez extrema se convierte en un verdadero suplicio porque limita el disfrute. Veamos de qué se trata y cómo se puede trabajar para vivir una vida más espontánea y libre.

¿Qué es la timidez extrema?

Para quienes sienten timidez extrema, la exposición es angustiante, pues a veces cobra formas visibles, como temblores, entrecorte de la voz, sudoración y sensación de desmayo. Así, con tal de evitar ese malestar, las personas se recluyen cada vez más en sí mismas.

Además de causas genéticas, a veces se origina en la vivencia (propia o ajena) de una situación estresante que funcionó como un trauma. El estilo de crianza es otro de los factores ambientales que dificulta una adecuada interacción social: estilos muy autoritarios o sobreprotectores atentan contra la seguridad y la confianza de los niños.

En general, esta conducta de evitación suele estar determinada por algunas creencias y pensamientos limitantes en torno a nosotros mismos, dando cuenta de una baja autoestima. No nos creemos capaces, valiosos o interesantes. También se ve reforzada por exigencias muy elevadas y difíciles de cumplir.

Finalmente, aquel temor de que “nadie me hablará, me pondré muy nervioso y me quedaré solo” termina convirtiéndose en realidad por la profecía autocumplida. Nos ponemos nerviosos y nos quedamos sin palabras porque estuvimos reforzando dicha idea. Todo se convierte en un círculo vicioso del que no podemos escapar.

En ocasiones, la timidez extrema no es solo timidez, sino que forma parte de algo más complejo, como la ansiedad social. Sin embargo, es importante no patologizar ni poner etiquetas antes de estar seguros de la complejidad de la situación.

5 consejos para superar la timidez extrema

Superar la timidez extrema puede ser todo un desafío para quien la vive. Por eso, en muchos casos se recomienda consultar por ayuda profesional para que nos puedan acompañar en los primeros pasos.

Algunos de los consejos o estrategias sobre las que se trabaja para su abordaje son los siguientes:

1. Nada es para siempre. Es importante creer en nosotros mismos, confiar en la posibilidad del cambio. Quizás durante mucho tiempo fuimos tímidos, nos sentimos mal y nos vimos limitados para cumplir con nuestros deseos. Sin embargo, eso puede cambiar.
2. Encontrar una “forma” que nos agrade. Nadie dice que para dejar de ser tímidos es necesario llegar al otro extremo: ser el alma de la fiesta o convertirnos en los más extrovertidos del grupo. Abandonar la timidez que nos limita debe permitirnos interactuar  a gusto, sentirnos seguros y cómodos con nosotros mismos. De lo que se trata es de permitirnos ser como queremos, de conocernos y de encontrar un modo de ser que nos represente.
3. Aprovechar las oportunidades. Muchas veces, imaginar la situación temida se convierte en una excusa para quedarnos en casa. Sin embargo, ayuda mucho vencer esa inercia y salir, relacionarnos con personas, boicotear aquellos pensamientos que nos encierran.  Así podremos ver que si nos equivocamos no sucede nada malo.
4. Exponerte de manera gradual. De la mano del punto anterior, puedes empezar dando pequeños pasos. Por ejemplo, decidirte a participar en tu grupo reducido de trabajo en lugar de hacerlo en frente de toda la clase. O bien, aceptar una salida pequeña con dos o tres compañeros y no con el grupo ampliado. Así podrás darte tu tiempo.
5. Trabajar las habilidades sociales que favorecen el contacto con otros y nos permiten la comunicación. Por ejemplo, aprender a dar una opinión, hacer una crítica constructiva, rechazar un pedido, aceptar una invitación.

Con la timidez, todo se convierte en un cálculo

La timidez extrema colapsa nuestro mundo. De repente, todo se convierte en un cálculo de riesgos a los que estaríamos expuestos.

Así es como rechazamos una salida con amigos, pero a medida que crecemos, nos refugiamos en trabajos remotos, con los que no tengamos que interactuar con nadie. Siempre hay alguna excusa que nos protege y las usamos como un mecanismo de defensa. En realidad, son nuestra mayor cárcel y debilidad.

Trabajar la timidez extrema es clave para poder disfrutar de la vida, para que las experiencias sean una oportunidad para el disfrute y no para la tortura.