La educación anda mal y no sólo por el estado paupérrimo al que han sido reducidos maestros y profesores.
El que pretenda establecer los correctivos deberá comenzar por comprender la extensión del daño y declarar de inmediato la emergencia educativa, una que deberá incluir la revisión total del sistema, un aumento general de salarios a los educadores y un compromiso claro de cursos inmediatos e intensivos de modernización, con uso de la más avanzada tecnología de hoy.
Es, por supuesto, complicada la revisión total de los pensa, pero lo menos es adaptar el cuerpo educativo a las nuevas realidades y paradigmas del siglo XXI. Las disponibilidades financieras podrán imponer etapas en el reconocimiento salarial a nuestros educadores, pero se debe cumplir bajo el principio de que todos nos adaptamos a una enseñanza que exceda al caletre o a la memorización para convertirse en un proceso de formación de hombres y mujeres que nos permita avanzar aceleradamente hacia una sociedad del conocimiento y hacia una educación para la vida.
La educación está íntimamente ligada a la cuestión social. Hay elementos de especial atención como la deserción escolar o simplemente el no registro de un niño en una escuela, problemas ligados a violencia doméstica o a la pobreza extrema. No puede haber un plan educativo sin equipos asistentes en lo psicológico, en la atención a la familia de donde proviene el alumno y en el suministro de una alimentación balanceada. El Ministerio de Educación deberá ser un ente completo y complejo, uno de variadas especificaciones en su actuar.
Mención especial merece la educación universitaria. Las universidades no pueden seguir como están. Las universidades deben ir a reforma, una desde adentro, sin imposiciones de gobierno o de otros intereses. Las que teníamos las teníamos, ya no existen, víctimas de un combate exterior y de una manifiesta incomprensión interna ante los desafíos a que fueron y son sometidas. No fueron capaces de darle al país un sentido y deberán recobrarlo.
La educación, entonces, debe ser mostrada como la prioridad de cualquier intento de reformulación democrática. Paséense por hacerla enseñar a pensar para que tengamos seres libres. La educación en sí misma no redime sino crea cultura.
@tlopezmelendez