El griego Stefanos Tsitsipas puso freno al ‘efecto Andrey Rublev’ para ganar la final del torneo de Montecarlo (6-3 y 6-3) y conquistar el primer título Masters 1000 de su carrera.
Por: El Espectador de Caracas / EFE
El duelo de alternativas, el que puso en escena a dos de los representantes del cambio generacional en el tenis, cayó del lado del heleno, que en una hora y doce minutos sumó su cuarto triunfo sobre el ruso en los siete duelos que acumulan entre ambos.
A la tercera fue la vencida para Stefanos Tsitsipas, quinto jugador del mundo; que se quedó en puertas del éxito en Toronto en el 2018 y en Madrid un año después, en las otras dos finales Masters 1000 que disputó y que perdió ante Rafael Nadal y Novak Djokovic, respectivamente.
En Montecarlo, donde se mostró más estable que su rival, obtuvo el sexto título de su carrera. El primero del presente curso y el más reputado junto al de las Finales ATP de hace dos temporadas.
El jugador ateniense mantuvo el control de la situación desde el principio. Rompió el saque de Rublev, que careció de la precisión y de la resistencia de los partidos anteriores, especialmente el que disputó en cuartos de final contra Nadal, en la primera ocasión. Se situó con 3-0 y resguardó la distancia para apuntarse el set.
Después, el duelo mantuvo cierto equilibrio. Le bastó también a Tsitsipas con un quiebre, en el tercer juego, para volver a tomar distancia. Consolidó a continuación el ‘break’ y se situó con 3-1. Logró el triunfo ante el ruso, anulado y sin recursos, para cerrar el partido al resto y sellarlo con un doble 6-3.
Tsitsipas, sostenido por su gran servicio, sumó su primer Masters 1000 y alargó a seis su cosecha. Frustró a Rublev, el jugador más destacado del último año y medio que no pudo conseguir un éxito en un evento similar.