Sophia Lacayo: Haz la diferencia

El tema del voto debe ir directamente proporcional a los intereses de las personas. En el distrito 12 al que aspiro representar, soy incisiva al estimular a las contribuyentes a salir a las urnas

Se avecinan las elecciones el 23 de agosto. Enfoque, conciencia, proyección podrían ser palabras adecuadas para describir cualquier proceso electoral, pero basta con resumirlas en participación, si pretendemos comprender su importancia. Las personas deben interiorizar el poder inmenso de su voto individual en la construcción de un futuro colectivo, de bienestar y progreso para la propia comunidad. El estadounidense George Jean Nathan dijo que “los malos gobernantes son elegidos por los buenos ciudadanos que no votan.” Y de eso se trata.

El tema del voto debe ir directamente proporcional a los intereses de las personas. En el distrito 12 al que aspiro representar, soy incisiva al estimular a las contribuyentes a salir a las urnas, a no dejar que otros decidan por ellos mismos. Hay políticos que, al contrario, dependen de acuerdos prefijados o incluso de la baja asistencia, para tratar de afianzarse en el poder. Si salimos y votamos, más difícil es manipular o influenciar los resultados. Como individuo, la responsabilidad es garantizar el ejercicio trasparente y evitar el ausentismo.

Todos somos protagonistas. Representa impulsar esas iniciativas que realmente importan. Para nadie es un secreto de que vivimos un entorno plagado de promesas vacías, de discursos estáticos y de funcionarios o aspirantes centrados en la jerarquía que en servir. Muchos políticos tradicionales pretenden ocupar puesto de manera vitalicia o alcanzar, mediante cuestionables tácticas, una permanencia a toda costa sus tronos y el cetro de decisiones condicionadas por aquellas instituciones o personas que donaron fuertemente a su campaña.

Con motivo las elecciones locales en varias ciudades del condado hice énfasis en la idea de que cada uno de los comicios representa una oportunidad única para la comunidad de poner las cosas en su lugar. Es triste ver que muchos no son capaces de imaginar el poder social que pueden ejercer. ¿Mi voto no define nada? Sí lo hace. Parafraseando a Shakespeare: Votar o no votar. Esa es la cuestión. Definitivamente sí. Identificar la mejor opción depende de ti. Recuerda a Abraham Lincoln: “Una papeleta de voto es más fuerte que una bala de fusil.”

Ahora bien, urge cumplir a cabalidad las normativas del proceso electoral. No entregar la boleta a otras personas, lo cual es un procedimiento ilegal. No confíe en esos que se brindan a llevarle, “de favor” su voto al correo u oficina electoral. La ley estatal es clara, si alguien se encuentra incapacitado de asistir a los comicios de manera presencial tiene que pedir autorización escrita a las autoridades. Mientras que la persona encargada y aprobada no puede llevar más de dos papeletas electorales. Existen excepciones para lazos familiares cercanos. Este delito en específico puede acarrear condenas de hasta 50.000 dólares y un máximo de cinco años en prisión.

No obstante, lo importante, es la convicción y responsabilidad de elegir, estudiar a los candidatos, analizar las plataformas y decidir. No escudarse en presuntas “experiencias” del pasado, cuando debiéramos mirar hacia el horizonte del mañana.

Que nadie te engañe. Tú tienes el poder. Haz la diferencia.

*Aspirante a la Comisión de Miami-Dade, por el distrito 12

Diario las Américas

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