22 de noviembre de 2024 12:49 AM

Sophia Lacayo: En Miami-Dade también somos Fuenteovejuna

Muchos residentes en el distrito 12, incluyéndome, somos víctimas directas o indirectas de regímenes totalitarios, de la barbarie histórica, condicionados al exilio, la separación y el sufrimiento. Hemos trasplantado las raíces y encontrado en este pedacito de tierra un nuevo lugar para germinar. En la distancia masticamos el dolor y hemos aprendido a mantenernos unidos, como comunidad, en la lucha por reinstaurar la democracia y el estado de derecho en cada uno de nuestros pueblos de origen.

Sophia Lacayo / Diario Las Américas

Ese sentimiento late, en los cubanos, nicaragüenses, venezolanos, bolivianos y es una alerta máxima para Perú, Colombia, Argentina. No debemos sentarnos a mirar, cómo espectadores, el atropello. Por el contrario, urge encontrar iniciativas conjuntas de presión internacional para al menos desenmascarar a las dictaduras.

Suelo escribir sobre temas sociales y económicos que representan un reto para hacer cada día mejor a Miami-Dade. Sin embargo, sería imperdonable no dedicarle unas palabras a la gallardía de los oprimidos a un año de las históricas protestas del 11 y 12 de Julio en la mayor de las Antillas y esgrimir la daga de la denuncia contra la cruel represión militar y judicial que se desencadenó por parte del castrismo.

El gobernante Migue Díaz-Canel en otro intento por tratar de manipular la opinión internacional dijo: “Lo que realmente nosotros vamos a festejar, como un primer aniversario el 11 de julio, es que el pueblo cubano y la Revolución Cubana desmontaron un golpe de Estado vandálico”.

Cuando en realidad fue un pueblo asqueado y sin esperanzas el que clamaba un cambio radical y lanzaba un grito de libertad.

Las cifras oficiales reconocen que los tribunales del régimen, en una especie de operación escarmiento destinada a reforzar la teoría de dictadura del terror, han emitido 76 sentencias en firme contra 381 perdonas por participar en las protestas entre ellos 16 menores de 18 años. No obstante, estas cifras son inferiores a las compiladas por distintas organizaciones de derechos humanos.

Cuban Prisoners Defenders sitúa en 1.046 los presos políticos en la isla y la mayoría relacionadas con las manifestaciones. Hoy nos toca cómo residentes en el condado no dejar a estas personas desvalidas en las mazmorras del tirano y así como tomamos las calles en largas caravanas con la frase: “Si Cuba está en la calle Miami también” hoy debemos no descansar hasta alcanzar la liberación de los procesados bajo cargos fabricados con el amparo de un sistema penal que responde como títere a los intereses del gobierno comunista.

Una lección del poder de la unidad explotó en las narices del castrismo a sólo días del aniversario del 11j. Gotabaya Rajapaksa, presidente de Sri Lanka se vio obligado a renunciar luego que, cientos de miles de personas se congregaron en Colombo, la capital, para exigirle que asumiese la responsabilidad por el hundimiento económico del país bajo el sistema socialista.

Cuba se encuentra, al parecer, en el ahora o nunca y todos deberíamos tener ese compromiso de no abandonarlos a su suerte en las garras del tirano opresor. Urge que políticos y ciudadanos ingenien iniciativas sólidas para contribuir a la libertad de la nación isleña. Cuando un pueblo se une en un nutrido bloque es impenetrable.

Me recuerda Una de las obras clásicas más célebres del Siglo de Oro Español, Fuenteovejuna de Lope de Vega, publicada en 1618 cuando plasmó a la inmortalidad: “¿Quién mató al comendador? / Fuenteovejuna, señor. / ¿Y quién es Fuenteovejuna? / Todos a una”

Nosotros desde esta orilla somos, sin importar, la nacionalidad, parte de ese pueblo. Nosotros en Miami-Dade también somos Fuenteovejuna. Con ese enemigo común que ha destruido tantos países en el continente.

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