Hay ciertas patologías cuyos nombres científicos desconocemos, incluso cuando conocemos a alguien que convive con ellas. Entre los varios ejemplos que podemos proporcionar de estas situaciones, la sindactilia es uno de los más comunes actualmente. Sólo basta con que pienses en aquellos que tienen los dedos de los pies pegados, porque así es como se llama a esta deformidad.
Son muchas las preguntas que podemos hacernos en torno a la sindactilia, sobre sus orígenes, y sus posibles tratamientos.
¿Qué es la sindactilia?
En pocas palabras, es la unión de dos o más dedos que están conectados entre sí. Se trata de una deformidad congénita que puede presentarse tanto en los dedos de los pies como en los dedos de las manos, afectando a una o ambas extremidades en simultáneo.
Esta malformación se debe a una incompleta o nula apoptosis, que es el proceso por el cual el organismo descarta células que le son innecesarias durante el desarrollo. Si no se completa como debería, crece la probabilidad de sufrir una fusión de los dedos.
Se estima que a día de hoy esta anomalía afecta a aproximadamente 1 de cada 2.500 bebés con la particularidad de que suele darse entre el segundo y el tercer dedo, sea de las manos como de los pies. Claro que cada paciente es un caso único.
¿Cuál es la causa de la sindactilia?
Generalmente, es provocada por la herencia genética de uno de los padres que se transmite al embrión en desarrollo. Lamentablemente no se puede prevenir y se da esporádica y aisladamente siendo detectable en la última etapa del embarazo.
Por otro lado, hay algunas excepciones como las de quienes padecen de síndrome de Down, de Apert o de Polonia. Al parecer, pueden llegar a ser más propensos a nacer con sus dedos fusionados que el promedio de las personas que no padecen ninguna clase de síndrome.
¿Cómo se subclasifica esta patología?
Fácilmente podemos llegar a la conclusión de que hay diversos tipos. Se identifican por el modo en el que se unen los dedos. Puede ser una sindactilia completa o incompleta, que es cuando la fusión entre los dedos no es total y se corta en cierto punto. Otra subclasificación varía a partir de la complejidad que presenta esta afección, con deformaciones simples que solamente involucran tejidos blandos y complejas que relaciona a los huesos.
¿Cómo reconocer esta afección a tiempo?
En realidad, es una patología que se reconoce en pocos segundos porque, al nacer el bebé, entonces la unión de los dedos resulta evidente tanto para los padres como para los médicos que asisten en el parto. No hace falta tener grandes conocimientos.
Por ende, el diagnóstico es clínico y se confirma en el nacimiento. Como decíamos, en ocasiones se observa en las ecografías. Cuando los doctores sospechan de una sindactilia, suelen sugerir radiografías para planificar una cirugía si fuera necesaria. Normalmente, se requiere de la intervención quirúrgica cuando se especula con que la fusión complique el movimiento.
Tratamientos según la ubicación
La localización de este problema tiene incidencia en el tratamiento. Mientras que la sindactilia de los dedos de los pies tiende a ser asintomática y se queda en lo estético, para la total funcionalidad de las manos puede requerirse una operación de separación inmediata de los dedos tras el nacimiento. Luego se reconstruye la piel circundante para disimular el problema a los ojos ajenos.
Más allá de eso, la mayoría de los niños que llegan al mundo con sindactilia tienen una existencia como la de cualquier otro. Independientemente de las cuestiones de apariencia, no es una problemática que impida ni entorpezca la vida del pequeño.
Por OKDiario
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