El presidente ruso, Vladimir Putin, formalizará el viernes en una ceremonia en Moscú la anexión de cuatro territorios ucranianos a Rusia, ampliamente denunciada por la comunidad internacional.
El Espectador de Caracas / AFP
Ucrania, que cuenta con el apoyo de los países occidentales, prometió seguir su contraofensiva lanzada hace un mes y con la que logró hacer retroceder al ejército ruso, obligando a Putin a movilizar a cientos de miles de reservistas.
Tras los referendos celebrados del 23 al 27 de septiembre, la ceremonia en el Kremlin ratificará la anexión de cuatro regiones de Ucrania controladas en parte por Moscú: Donetsk y Lugansk en el este, Jersón y Zaporiyia en el sur.
«Una ceremonia de firma de acuerdos sobre la entrada de nuevos territorios rusos en la Federación de Rusia se celebrará mañana (viernes) a las 15H00 (12H00 GMT) en el Kremlin», dijo a la prensa el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov.
«Vladimir Putin pronunciará un discurso» durante el acto, añadió.
Moscú cerrado
El viernes, gran parte del centro de Moscú estará cerrado a los vehículos y, según los medios de comunicación rusos, habrá un concierto frente a la presidencia, durante el cual Putin podría hacer una aparición.
El presidente ruso afirmó este jueves que los conflictos en países de la antigua URSS, incluyendo el de Ucrania, son «evidentemente» el «resultado del derrumbe de la Unión Soviética».
Según él, se está formando en este momento «un orden mundial más justo», a través de un «proceso difícil».
En respuesta, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, anunció la celebración de una reunión «urgente» el viernes de su consejo de seguridad nacional. Lejos de deponer las armas, Kiev reclama más ayuda militar a sus aliados para continuar con su contraofensiva frente a Moscú.
Una petición a la que el Senado de Estados Unidos respondió aprobando el jueves un nuevo paquete de más de 12.000 millones de dólares, que incluye 3.000 millones para armas, provisiones y salarios para el ejército ucraniano.
Mismo escenario que Crimea
Rusia aceleró el proceso de anexión de estas regiones frente a la importante contraofensiva que lanzó Kiev.
Ucrania y los países occidentales calificaron estas votaciones de «simulacros» y ya dijeron que no reconocerían la anexión de estos territorios.»
«Cualquier decisión de proceder a la anexión de las regiones ucranianas de Donesk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia no tendrán ningún valor legal y merecen ser condenadas (…) Es una escalada peligrosa. Esto no tiene lugar en el mundo moderno», dijo este jueves el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
Por su parte, el presidente estadounidense, Joe Biden, prometió este jueves que «nunca, nunca, nunca» reconocerá los resultados de los referendos «orquestados por Rusia» en Ucrania.
Incluso China, gran aliado de Moscú, pidió que se respete «la integridad territorial de todos los países».
Rusia sigue el mismo escenario de la anexión en 2014 de Crimea, una península del sur de Ucrania, tampoco reconocida por la comunidad internacional.
La unión de estos territorios ucranianos marca una escalada en la ofensiva de Rusia en Ucrania.
Varios responsables y comentaristas rusos han afirmado que, cuando estas zonas hayan sido anexionadas y consideradas por Moscú como parte de su territorio, Rusia podrá utilizar el arma nuclear para «defenderlas».
Putin declaró la semana pasada que Rusia estaba dispuesta a recurrir a «todos los medios» de su arsenal para «defender» su territorio.
Importantes combates
Tras recuperar la mayor parte del noreste, Ucrania parece prepararse para intentar reconquistar Limán, una ciudad de la región de Donetsk y un importante centro ferroviario que el ejército ruso controla desde mayo.
Las autoridades separatistas en la región han reconocido la dificultad de los combates. «El enemigo lanza ataques para rodearnos», dijo Alexei Nikonorov, un alto funcionario de Donetsk, a la televisión rusa.
El Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), un centro de investigación estadounidense, señaló que se estaban produciendo «importantes combates» en la zona. La reconquista de Limán permitiría a Kiev avanzar tanto en la región de Donetsk como en la vecina Lugansk, añadió.
Al mismo tiempo, las fuerzas ucranianas recuperaron el control de la totalidad de la ciudad de Kupiansk, en el noreste, y expulsaron de la orilla oriental del río Oskil a las tropas rusas que las estaban hostigando con su artillería, constató un reportero de AFP.
Los rusos seguían bombardeando varias ciudades ucranianas. Al menos cinco civiles murieron en la parte bajo control ucraniano en la región de Donetsk y un niño murió en la noche en Dnipró (este).
Mejor que matar a gente
En Rusia, sigue la movilización de cientos de miles de reservistas para reforzar al ejército, así como el éxodo de decenas de miles de rusos que temían ser llamados a filas.
«Fue muy difícil dejar todo atrás. Mi casa, mi patria, mi familia. Pero es mejor que matar a gente», dijo a AFP un joven de 20 años, que llegó a Mongolia por la frontera terrestre y que prefirió mantener el anonimato.
Enfrentada a una fuerte alza de las llegadas desde Rusia, Finlandia, otro vecino de Rusia, anunció que cerrará partir del jueves a medianoche (21H00 GMT) sus fronteras a los ciudadanos rusos provistos de visado de turismo europeo para el espacio Schengen.