El presidente ruso, Vladimir Putin, dijo el jueves que sus tropas tomaron con “éxito” el control de la ciudad ucraniana de Mariúpol, y ordenó asediar a los últimos combatientes atrincherados en la planta industrial de Azovstal, sin llevar a cabo un asalto.
Por: Espectador de Caracas con información de Globovisión
“El fin del trabajo de liberación de Mariúpol es un éxito”, dijo Putin a su ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, en un encuentro difundido por la televisión.
El mandatario ruso también le indicó que prefería asediar a los últimos combatientes ucranianos en la fábrica de Azovstal, porque un asalto cobraría demasiadas vidas.
La zona está compuesta por una extensa red de galerías subterráneas. “Considero que el asalto propuesto de la zona industrial no es apropiado. Ordeno anularlo”, dijo Putin.
“Se tiene que pensar (…) en la vida de nuestros soldados y oficiales, no se tiene que penetrar en esas catacumbas y arrastrarse bajo tierra”, prosiguió. “Bloqueen toda la zona de tal forma que no pase ni una mosca”, ordenó.
En estas grandes instalaciones industriales todavía se encuentran 2.000 militares ucranianos, según el ministro ruso de Defensa.
Putin prometió salvar la vida de los que se rindan. “Propongan una vez más a todos los que no depusieron las armas que lo hagan, la parte rusa les garantiza la vida y ser tratados con dignidad”, afirmó.
Poco antes, cuatro autobuses de evacuación de civiles salieron con éxito e Mariúpol, anunció la vice primera ministra ucraniana, Irina Vereshchuk.
Las evacuaciones, que deben proseguir este jueves, se producen cuando este puerto estratégico del mar de Azov, en el sureste de Ucrania, parece estar a punto de caer en manos de los rusos tras casi dos meses de asedio.
Los últimos combatientes ucranianos que resisten atrincherados en la acería Azovstal rechazan rendirse y reclaman a la comunidad internacional “garantías de seguridad” antes de deponer las armas.
“La situación es difícil, incluso crítica” en la inmensa planta, última isla de resistencia en este puerto en el sur de la región de Donbás donde se refugian “alrededor de un millar de civiles, mujeres y niños”, y “centenares de heridos”, según el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
Varios centenares de civiles, sin agua ni comida, están refugiados en esa fábrica junto al 36º batallón del ejército ucraniano y el Batallón Azov, las dos últimas unidades resistiendo, según las autoridades ucranianas.