Rumanía condenó este lunes el ataque ruso de la madrugada pasada contra dos puertos ucranianos en el río Danubio, a pocos metros de territorio rumano, y advirtió de nuevos problemas para la exportación de cereales ucranianos a través del mar Negro.
«Esta escalada reciente supone riesgos serios para la seguridad en el mar Negro y dificulta aún más el tránsito de cereales ucranianos y la seguridad alimentaria global», dijo en Twitter el presidente rumano, Klaus Iohannis, cuyo país es miembro de la OTAN desde 2004.
La prensa rumana señala que los ataques, perpetrados con drones iraníes del tipo Shahed-136, fueron dirigidos contra los puertos danubianos de Ismajil y Reni, situados en la zona fronteriza entre Ucrania y Rumanía.
El Ministerio de Defensa rumano, por su parte, habló de un «ataque injustificado e ilegal contra la población civil y elementos de la infraestructura crítica de Ucrania, que viola todas las reglas internacionales y las normas morales y humanitarias».
En cuanto a la situación de seguridad cerca de la frontera rumana, el ministerio aseguró, en un comunicado, que no existen «potenciales amenazas militares directas» contra el territorio y aguas rumanas.
En ese sentido, señaló que continuará con todas las medidas «para consolidar la postura de defensa y disuasión en el flanco oriental (de la OTAN).
Varios países de la Alianza Atlántica tienen desplegados aviones de combate en Rumanía para patrullar su espacio aéreo en el mar Negro y alrededores.
Tras el fin del acuerdo mediado por la ONU y Turquía que permitía a Ucrania exportar grano por el corredor del mar Negro, los puertos de Danubio al sureste de Ucrania se presentaron como una posible ruta alternativa para transportar el cereal.
Según las autoridades ucranianas, al menos cuatro almacenes de grano, depósitos de almacenamiento de aceite y combustible y un edificio administrativo resultaron dañados o destruidos en los ataques de esta madrugada.
Con información de EFE
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