En una sociedad mundial estresada, agobiada y atacada por el insomnio, parece normal que las pastillas para dormir estén de moda.
Pocas personas entienden los efectos negativos generados por el uso y abuso de este tipo de medicamentos. El uso de pastillas para dormir tiene riesgos y secuelas contraproducentes para quienes las consumen.
Depresión y presión arterial alta
Hay investigaciones que sugieren que las pastillas para dormir, además de crear adicción, pueden derivar en cuadros de depresión y presión arterial elevada en los consumidores.
Entre los efectos secundarios que las pastillas para dormir producen, se encuentran los siguientes:
- Confusión o somnolencia
- Falta de equilibrio
- Adicción o dependencia
- Problemas de memoria
- Falta de concentración
La tercera edad debe tener cuidado con las pastillas para dormir
Todos podemos sufrir por los efectos secundarios de las pastillas para dormir, pero las personas de tercera edad deben tener especial cuidado al usarlas.
Algunos cuadros, como el mareo o la somnolencia, pueden tener mayores repercusiones en esta población, ya que tienen mayores riesgos de sufrir caídas y peligrosas elevaciones de la presión arterial.
Además, a partir de los 65 años el cuerpo humano comienza a perder paulatinamente la capacidad de tolerar estos fármacos. Un organismo de edad avanzada descompone y desecha estas medicinas con mayor lentitud. Por esta razón, el efecto de las pastillas para dormir podría durar mayor tiempo de lo esperado.
Las pastillas para dormir generan adicción
Muchos de los medicamentos utilizados para recuperar el sueño tienen un efecto adictivo en los pacientes.
Añadido a esto, su uso regular ayuda a que el organismo cree tolerancia y esto genera, a su vez, la necesidad de optar por dosis más fuertes.
En algunos casos, los insomnes terminan dependiendo de estos productos para poder alcanzar niveles de sueño y descanso normales. Hablamos de una situación antinatural que no puede dejar nada bueno en la calidad de vida.
Por ello, se debe recurrir a su consumo de forma esporádica, con la única finalidad de calmar crisis puntuales. Es obvio que su propósito no es suplir el proceso natural del sueño de forma permanente.
Cuidado con los accidentes de tráfico
El abuso del alcohol y drogas ilegales no es la única causa de accidentes en la carretera. De hecho, se ha descubierto que muchos de los incidentes desafortunados que ocurren en la vía pública tienen como origen la ingesta de fármacos para el insomnio.
El problema está en los estados de somnolencia que llegan a extenderse más allá del periodo nocturno. Hay quienes pueden incluso experimentar visión borrosa y esto ocasiona dificultades para medir correctamente las distancias entre los coches.
Conducir es una actividad que requiere de la participación activa de todos los sentidos en un estado óptimo. Hay casos de conductores que se han quedado dormidos al volante y con el vehículo en plena marcha.
Riesgo de muerte prematura
Según una recopilación de estudios llevada a cabo en 2016, el consumo de píldoras sedantes podría estar relacionado con casos de muerte prematura.
El estudio comparativo estableció que el riesgo aumenta a mayor cantidad de dosis.
Los pacientes que fueron investigados utilizaban medicamentos tales como el temazepam, eszopiclon y el zaleplon. Los barbitúricos y antihistamínicos que producen somnolencia también fueron considerados en este estudio.
Además, en la investigación también se advierte de que su uso podría potenciar el desarrollo de algunos tipos de cáncer.
Cautela con las pastillas para dormir
Asimismo, se afirma que algunas fórmulas pueden producir depresión y estados de ansiedad severos. Cada organismo es diferente y no todas las personas reaccionan de igual manera ante el suministro de determinadas medicinas.
Lo más preocupante es que existe un mercado de fármacos de venta libre al alcance de cualquier persona.
Es muy importante visitar a un profesional sanitario que realice los análisis de rigor. Este dictaminará un diagnóstico individualizado del paciente y prescribirá una receta con las dosis y medicamentos apropiados.
Con información de Mejor con Salud
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