El dramaturgo cubano Yunior García y la periodista venezolana Carleth Morales denunciaron este martes en Madrid la represión de las autoridades de sus respectivos países contra los jóvenes y menores de edad que se manifiestan contra quienes gobiernan.
Por: El Espectador de Caracas / EFE
Durante su ponencia, la presidenta y fundadora de la asociación Venezuelan Press, Carleth Morales, recordó el quinto aniversario del asesinato del universitario y deportista Juan Pablo Pernalete, de 21 años, en una jornada de protestas en Caracas.
Para Morales, «la continuada crisis de Derechos Humanos en Venezuela, acentuada tras las protestas del año 2017, se vio agravada por los efectos de la pandemia» y por la «política de represión aplicada por el Gobierno de Nicolás Maduro» que dejó «nuevos casos de ejecuciones extrajudiciales y un uso excesivo de la fuerza» contra los críticos del Ejecutivo.
«A veces, la gente me pregunta por qué los venezolanos no han salido a la calle después del año 2017, pero es que las calles de Venezuela se llenaron de sangre y el miedo ya se instaló en la conciencia de la sociedad», lamentó la periodista al rememorar el asesinato de «cientos de jóvenes por pensar distinto», ese mismo año.
En relación al establecimiento de una oficina de la Corte Penal Internacional en el territorio venezolano, Morales aseguró que «el régimen necesita instalar un discurso en la mente de los venezolanos y a nivel internacional de que en Venezuela las cosas se han arreglado».
«Si ustedes escuchan o leen una frase que dice Venezuela se arregló, quiero aclararles que es un eslogan. Realmente Venezuela no se ha arreglado», sentenció la periodista.
«Como todo niño cubano crecí diciendo que iba a ser comunista como el Che (Guevara) hasta que comencé a pensar diferente, pero cuando empiezas a hacerlo, tus maestros y padres te dicen habla bajito, no te busques problemas, sé inteligente», relató el opositor cubano hoy en la Universidad de Alcalá (Madrid).
«En Cuba, ser inteligente es decir y hacer lo que esperan de ti y tratar de ser discreto”, añadió García durante su participación en el seminario «Democracia y derechos humanos en las sociedades transatlánticas».
El activista cubano, que huyó a España junto a su esposa el pasado 16 de noviembre, aseguró que en la Isla incluso existen jóvenes de 12 y 13 años encerrados en escuelas de conducta.
García explicó que la «madurez» que le hizo romper con «el adoctrinamiento al que son sometidos los niños en las escuelas cubanas» la alcanzó cuando llegó a la universidad y entendió que «no solamente eran sus obras de teatro las que debían expresar su disconformidad con el régimen».
«Yo no solo era un artista, también era un ciudadano», agregó al tiempo que recordó cómo, tras la publicación del decreto (del Gobierno cubano) que regulaba quiénes eran artistas y qué era arte, gozó durante un tiempo del «privilegio» de que sus obras fueran consideradas «obras de arte» por las escuelas en las que se formó.
Ahora tiene la certeza de que si regresa a Cuba irá «directamente a la cárcel».