Recta final

Ha entrado en ella la competencia interna entre factores de oposición al señor Maduro para acceder a la posición de candidato presidencial de ese sector político, luego de una semana de declinaciones.

Un análisis objetivo del panorama permite concluir que hay dos posiciones debidamente representadas.

Una de confrontación frontal con el adversario y de evidentes diferencias con determinados compañeros de ruta y otra, más calculada y también variada que, si bien es cierto que observa a quienes gobiernan como el adversario a derrotar, está consciente que, pasado el proceso presidencial del próximo año, quienes gobiernan continuarán haciendo política dentro del país, lo que parecieren no querer reconocer los primeros.

Las renuncias ocurridas han tenido una característica particular, la coherencia.

La mayoría de quienes esa decisión adoptaron, respaldaron la consulta pero no llamaron a sus simpatizantes a votar por determinado candidato, dejandoles entonces en libertad de accion. Otro, con absoluta congruencia, declinó para apoyar una candidatura con la que han tenido, casi siempre, absoluta identidad de actuación desde cuando menos el 2014.

Quedan entonces en la contienda, aparte de la primera posición ya descrita, entre otros, un candidato independiente que recorrió el pais promoviendo el voto como mecanismo de cambio, haciéndolo como antaño, con sus propios medios y un aguerrido ex gobernador quien en años mozos fuere dirigente sindical y forma parte de quienes creen, como lo hacen los descritos en párrafo precedente, en la consigna de “al enemigo ni agua”; una defensora de los derechos humanos y otro ex gobernador, representante este, así lo creo, de las cosas buenas que en el país hicieron los gobiernos socialcristianos del pasado siglo. Queda, finalmente, el candidato del partido del fundador de la democracia en nuestro país, esa organización que nos gobernó con muchos más aciertos que errores por casi 25 años y que debió hacerlo -en unidad- desde el 10 de enero del 2019 pero que se lo impidió el desconocimiento de acuerdos aplicables a esa fecha.

Este pasado domingo, en el bogotano diario EL TIEMPO hay un trabajo sobre Venezuela y la salida a nuestra crisis. En el mismo la autora comparte unas ideas que, en varias columnas he planteado.

No sé podrá avanzar en nuestra solución si no entendemos que quien ejerce el poder no lo entregará sin garantías de supervivencia, lo que es inaceptable para algunos actores pero que, a mi juicio, será inevitable salvo que decidamos continuar la tragedia que ante nuestros ojos se desarrolla.

No será posible reconstruir el país sin una transición que implique sacrificios, que conlleve justicia y no venganza; que suponga reinstitucionizacion general y no un quítate tu para ponerme yo.

Salvo que se produzca una decision judicial del poder que bien le sirve a quienes dirigen los destinos del país, el domingo que viene los venezolanos que quieren un cambio tendrán la posibilidad de expresarse. Del resultado que arroje esa votación así como de la actitud final del CNE al permitir o negar la inscripción para la elección presidencial venidera de quien resultó ganador y que en este último caso se pueda resolver internamente esa situación con el menor conflicto posible, dependera, en buena medida, que sea factible lo deseado, a lo interno de nuestra tierra. Esperemos ser tan inteligentes como creemos serlo.

Gonzalo Oliveros Navarro
@barraplural

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