Defiendo la Constitución. Su carta de derechos humanos es ambiciosa y garantista. Su parte orgánica establece un poder público distribuido territorialmente y separado funcionalmente que debería contribuir a realizar esos valores preeminentes y a cumplir uno de los fines del Estado que es el bienestar del pueblo, del cual la salud es esencial como parte del derecho a la vida, así lo proclama el artículo 83 que considera el derecho a la salud como fundamental.
Más allá, ese Estado, federal y descentralizado agrego, “promoverá y desarrollará políticas orientadas a elevar la calidad de vida, el bienestar colectivo y el acceso a los servicios”.
En el artículo 84 se ordena al Estado crear, ejercer la rectoría y gestionar “un sistema público nacional de salud, de carácter intersectorial, descentralizado y participativo, integrado al sistema de seguridad social, regido por los principios de gratuidad, universalidad, integralidad, equidad, integración social y solidaridad”. Se prohíbe la privatización, pero existe una privatización perversa cuando los pacientes tienen que poner lencería, comida, limpieza, insumos quirúrgicos y medicamentos. El 85 obliga al financiamiento público del sistema mediante recursos fiscales, cotizaciones de seguridad social y otras, cuya suficiencia para cumplir los objetivos de política sanitaria debe garantizar el Estado. Y, atención, la política de formación de personal se promoverá “en coordinación con las universidades y los centros de investigación científica” y es conocido el tratamiento gubernamental a las universidades, el éxodo de médicos por motivos socio económicos y las constantes protestas de enfermeras y personal sanitario en general por las mismas razones.
Según la propaganda oficial, la situación es satisfactoria. Sin embargo, el Observatorio Venezolano de la Salud opina que no hay sistema sino “un conjunto de establecimientos”. Su rectoría, en el mejor de los casos es ejercida paralelamente por el ministerio, cuyos cuadros técnicos se van desmantelando y la misión médica cubana. Barrio Adentro, inicialmente bienvenido, ya en 2007 se fue deshaciendo a medida que mermó la plata.
Reiteradamente la Academia Nacional de Medicina ha hecho planteamientos tan serios como desatendidos para orientar en la solución de estos problemas. La más reciente es la advertencia sobre la Abdalá, candidata cubana a vacuna anti covid-19 antes de ser aprobada por la OPS o la OMS.