24 de noviembre de 2024 2:27 AM

¿Qué ocurre si se toma bebidas energéticas todos los días?

En la actualidad, si se visita cualquier tienda de comestibles o estación de servicio, es común encontrar una gran variedad de bebidas energéticas. Con la promesa de conseguir mejor resistencia física y mental, estos brebajes abundan en el mercado.

Por: Espectador de Caracas con información de Mejor con Salud

Sin embargo, su composición a base de cafeína y azúcar puede generar graves inconvenientes de salud, por lo que podría no ser conveniente tomar bebidas energéticas todos los días.

En general, estos líquidos contienen ingredientes como taurina, ginseng y guaraná, que son estimulantes no nutritivos. La ingesta individual y moderada de estos componentes no es un riesgo, pero su combinación con otros elementos o el abuso en el consumo puede derivar en dolores de cabeza, de abdomen y diarrea. Los posibles efectos a largo plazo, relacionados con la presión arterial, son aún más graves.

En la comunidad científica preocupa el aumento general del consumo de energizantes, motivado por una estética publicitaria tan efectiva como engañosa. Los colores llamativos y las frases publicitarias que aseguran aumentos de energía y vitalidad ignoran los ingredientes perjudiciales.

Efectos a corto plazo del consumo de bebidas energéticas todos los días

La ingesta repetida de este producto puede generar dolores de cabeza, de abdomen, diarrea, mareos, deshidratación y dificultades para dormir. Esto se debe a la mezcla de ingredientes. Aunque lo que mayor alarma despierta son sus altos niveles de cafeína y azúcar.

El café es una de las infusiones estimulantes más antiguas y una taza suele incluir entre 75 y 100 miligramos de cafeína. Mientras que las latas de bebidas energéticas pueden poseer entre 100 y 400 miligramos. Los límites diarios para el consumo de esta sustancia, establecidos por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos son de 400 miligramos.

El otro gran problema es su cantidad de azúcar. Este componente tiene un límite diario, establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 25 gramos.

Una lata de gaseosa de cola, con frecuencia asociada al exceso de azúcar, contiene entre 10 y 11 gramos por cada 100 mililitros. En tanto, las bebidas energéticas rondan los 15 gramos en la misma proporción de líquido.

Bebida energética para estudiar.

Tanto para el ejercicio físico como para largas jornadas de trabajo o estudio, las bebidas energéticas se promocionan como potenciadoras “mágicas” de las capacidades

Efectos a largo plazo al tomar bebidas energéticas todos los días

A diferencia del café o los refrescos de cola, los energizantes tienen una existencia más reciente. Se crearon en Asia durante la década de 1970, pero recién desde finales de 1980 están difundidos por todo el mundo.

Esto provoca que todavía falten estudios científicos que evalúen con solidez sus efectos negativos a largo plazo. Sin embargo, una investigación publicada en la revista especializada American Journal of Cardiology, vincula su ingesta en exceso con dificultades cardiovasculares.

Problemas cardíacos y renales

Algunos de los posibles efectos más graves a largo plazo incluyen alteraciones en el ritmo cardíaco, arritmias y aumento de la presión arterial. Esto se debe a que el consumo de bebidas energéticas todos los días estimula las contracciones del corazón, lo que puede derivar en los inconvenientes mencionados.

Por otro lado, las afecciones negativas vinculadas a la presión arterial también pueden favorecer la aparición de problemas en los riñones. Por ejemplo, la insuficiencia renal aguda.

Hábito dañino

Muchas personas buscan en estos brebajes un efecto que ayude a sostener ritmos de vida frenéticos, ya sea en el campo laboral, familiar o académico. No es que las bebidas energéticas sean adictivas, pero sí pueden asociarse a ciertos momentos o situaciones que generan circuitos de recompensa.

Números preocupantes

El aumento alarmante en el consumo de este producto se debe a un conjunto de factores. Por ejemplo, la publicidad y la oferta invasiva, la escasa información sobre sus efectos y la promesa de postergar la sensación de sueño. Si bien las cifras ascienden en todos los rangos etarios, lo que más preocupación genera es el conjunto de jóvenes y adolescentes.

Un estudio de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria reveló que el 68 % de los entrevistados entre 10 y 18 años son consumidores frecuentes. Incluso niños menores de esa edad confesaron que las ingieren.

Los jóvenes son más sensibles al consumo de cafeína, por lo que no es recomendable que la incorporen en ninguna proporción. Además, es común que los adolescentes mezclen energizantes con alcohol, algo que acelera aún más los efectos negativos.

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