¿Qué es la herpetofobia y cómo se puede superar?

Los arácnidos, los reptiles y los anfibios suelen ser los animales que más generan malestar en las personas, especialmente por la amenaza que representan. No obstante, en algunas personas este miedo puede ser irracional y exagerado, lo que supone una fobia. La herpetofobia es el temor desproporcionado a los reptiles y a algunos anfibios.

Por: Espectador de Caracas con información de MejorconSalud

De este grupo de animales, los que suelen causar mayor aversión son las serpientes, los lagartos, las ranas y los sapos. En este artículo nos enfocaremos en este trastorno y te contaremos cómo se puede superar.

¿Qué tan común es la fobia a los reptiles?

Las fobias específicas son un trastorno de ansiedad relativamente común. Incluso, es probable que muchas personas experimenten una en alguna etapa de su vida. En estos casos, puede desarrollarse prácticamente a cualquier objeto.

En cuanto a los trastornos fóbicos vinculados a animales, la aracnofobia (miedo a las arañas) y la herpetofobia resultan ser los más habituales. Y es que, en términos adaptativos, resulta bastante lógico temerles a ciertos animales que representan algún peligro.

¿Cuál es la causa de la herpetofobia?

Las causas de la herpetofobia son diversas. Entre ellas destacan las siguientes.

Una experiencia traumática

Una mala experiencia con un reptil o anfibio puede hacer que las personas asocien al animal con sentimientos de miedo o dolor. Por ejemplo, alguien que ha sido mordido por una serpiente puede desarrollar un miedo a ellas.

Incluso, la experiencia traumática pudo haber sido un encuentro con un lagarto o una serpiente, sin que el asunto supusiera un peligro para la integridad de la persona. Pero así lo percibió y se quedó grabado en su memoria.

Mordedura de serpiente.
Si alguna vez fuimos atacados por un animal, hay posibilidad que desarrollemos miedo hacia el mismo en el futuro.

Aprendizaje

Es posible que aprendamos a temerle a cosas específicas, especialmente en edades tempranas. Por ejemplo, si uno de nuestros padres muestra mucho miedo a las lagartijas, nosotros también podemos aprender a temerles.

Por su parte, el bagaje cultural también influye en la percepción que tiene una persona de los reptiles y los anfibios. Las serpientes, a menudo están presentes en la mitología, el folclore y los textos religiosos de todo el mundo.

Por ejemplo, un estudio investigó las actitudes hacia la conservación de reptiles y anfibios en Portugal. Allí se descubrió que las impresiones negativas o el folclore que involucraba a estos animales predecían actitudes de persecución y anti-conservación de los mismos.

Herencia

La genética también puede contribuir al desarrollo de fobias específicas. Los hijos de personas que sufren de algún trastorno de ansiedad son más propensos a desarrollarlas.

Por su parte, el miedo a los reptiles también es producto de la herencia de nuestros antepasados. Quienes reaccionaban con miedo ante estos animales tenían una ventaja adaptativa para evitar cualquier daño huyendo.

¿Cómo se expresa la herpetofobia?

El principal síntoma de la herpetofobia es el miedo intenso o ansiedad abrumadora ante el objeto temido. En este caso, los reptiles o anfibios.

Estos sentimientos a menudo son desproporcionados ante la amenaza real. Adicionalmente, la persona suele experimentar lo siguiente:

  • Taquicardia.
  • Sudoración.
  • Temblores.
  • Dificultad para respirar.
  • Opresión en el pecho.
  • Náuseas.

Alguien con herpetofobia puede manifestar estos síntomas en las siguientes situaciones:

  • Al pensar en un reptil o anfibio.
  • Cuando habla o escucha a otras personas hablar sobre reptiles o anfibios.
  • Al ver una foto o un video sobre los animales temidos.

Por su parte, alguien con herpetofobia hará todo lo posible para evitar entrar en contacto con los reptiles y anfibios temidos. Potencialmente, esto puede conducir a una interrupción significativa de su vida y actividades diarias.

¿Cuándo buscar ayuda profesional?

Un buen indicador de cuándo buscar ayuda por miedo a los reptiles y anfibios es cuando comienza a perturbar significativamente la vida. El peligro aquí ya no se trata de lo venenosa que pueda ser una serpiente o de las heridas mortales que provoque un cocodrilo, sino los propios síntomas de ansiedad.

Puede parecer que este miedo no es tan importante porque no nos encontramos con reptiles o anfibios todos los días. Pero si hasta un bolso o unos zapatos que imitan la piel de cocodrilo producen ansiedad, es evidente el condicionamiento. Por lo tanto, es el momento de buscar un tratamiento.

Miedo por herpetofobia.
Cuando el miedo es tan intenso que paraliza las actividades cotidianas, entonces hay que buscar ayuda profesional.

Tratamientos disponibles

El tratamiento más eficaz para las fobias específicas es la terapia psicológica. Afortunadamente, la herpetofobia es uno de los trastornos fóbicos que mejor se trata y en el que menos recaídas suele haber.

Entre los tratamientos psicológicos más efectivos se encuentran los siguientes:

  • Terapia de exposición: consiste en la exposición lenta y progresiva a los reptiles y anfibios temidos. Por ejemplo, se le pide al paciente que piense en reptiles en la primera sesión, con el objetivo de que realmente sostenga un reptil en sesiones posteriores. También se enseñan diversas técnicas de relajación para hacer frente a la ansiedad.
  • Terapia cognitivo-conductual (TCC): usada a menudo junto con la terapia de exposición, el objetivo de la TCC es ayudar a identificar y remodelar los patrones de pensamientos negativos y las emociones que contribuyen al miedo.

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