¿Qué es la cetona de frambuesa y para qué se usa?

La cetona de frambuesa, también llamada reosmina o frambinona, se ha popularizado como suplemento para adelgazar. Según exponen sus distribuidores en el mercado, esta sustancia hace que la grasa dentro de las células se descomponga de manera más óptima y, a su vez, ayuda a regular el metabolismo. No obstante, dichas propiedades se discuten ahora mismo con evidencias científicas. ¿En verdad funciona?

Por: Espectador de Caracas con información de MejorconSalud

Para empezar, cabe señalar que este compuesto se encarga de darle el olor característico a las frambuesas. Incluso, se aprovecha en la elaboración de cosméticos, perfumes y aromatizantes para ciertos alimentos.

Más allá de esto, se le atribuyen ciertas propiedades medicinales, sobre todo asociadas a la salud metabólica. A continuación las revelamos de forma detallada y te contamos qué dice la ciencia.

¿Qué es la cetona de frambuesa?

Para ser más precisos, la cetona de frambuesa es una sustancia natural que se obtiene de los aquenios, es decir, las pequeñas semillas de la fruta donde se concentran los polifenoles. Le confiere el olor particular a la frambuesa, aunque también está presente en otras frutas, como el kiwi, las moras y los arándanos.

En la industria alimentaria suele emplearse como saborizante de helados, confites y bebidas. Además, desde la década de 1960 se distribuye en forma de complementos alimentarios, cuya finalidad es promover el bienestar. Su popularidad la alcanzó en el año 2012, luego de que fuera recomendada en un popular programa de televisión americano como complemento para adelgazar.

Desde entonces, muchas personas con problemas de sobrepeso y obesidad han accedido a este producto con la esperanza de bajar de peso fácilmente. Lo que muchos no saben es que las presentaciones comerciales no contienen la sustancia de forma natural.

Como lo detalla un artículo divulgado en Journal of Organic Chemistry, la cetona de frambuesa utilizada en la fabricación de suplementos adelgazantes es un componente fabricado de forma sintética. El elevado costo de extraerla de forma natural ha llevado a su producción en laboratorio.

A su vez, hay que aclarar que, aunque se llame «cetona», no tiene nada que ver con las dietas bajas en carbohidratos que elevan los niveles de cetonas en sangre e inducen a la quema de grasa. El término es más bien algo comercial. Pero la duda es si funciona.

Cetona de frambuesa y pérdida de peso

Los fabricantes de suplementos afirman que las cetonas de frambuesa pueden mejorar la salud y promover la pérdida de peso. De hecho, algunos le confieren características casi milagrosas. Lo cierto es que las evidencias científicas que respaldan estas propiedades son bastante limitadas.

Hasta la fecha, solo se ha realizado un estudio en humanos con respecto a sus efectos sobre el peso corporal. El ensayo clínico, publicado en Journal of the International Society of Sports Nutrition y financiado por la industria, determinó que un producto que contenía cetonas de frambuesa entre sus componentes ayudó a disminuir el peso, la masa grasa y la circunferencia de cintura y cadera en personas con obesidad.

Por supuesto, estos hallazgos son insuficientes para afirmar la efectividad de este suplemento. Dado que el producto utilizado tenía muchos otros ingredientes, no está claro qué papel desempeñaron las cetonas de frambuesa en el resultado.

Ahora bien, se han hecho estudios en animales que han permitido observar cómo esta sustancia puede ser útil en la pérdida de peso. Una investigación en la revista médica Planta Medica sugiere que las cetonas de frambuesa estimulan la lipólisis, es decir, la degradación de la grasa. De paso, contribuyen a una mayor liberación de adiponectina, hormona asociada a un buen funcionamiento del metabolismo.

Otra investigación compartida en Life Sciences determinó que las cetonas de frambuesa parecen prevenir el aumento de peso y la aparición de trastornos como el hígado graso. Dichos efectos se relacionan con su capacidad para hacer que las células sean susceptibles a la norepinefrina, relacionada con la degradación de la grasa.

Lo anterior coincide con los resultados de un estudio publicado en Journal of Medicinal Food, que observó que las ratas que recibieron cetona de frambuesa tenían niveles más altos de adiponectina y un riesgo disminuido de hígado graso y trastornos cardíacos.

¿Hay otros beneficios?

En la industria de suplementos se afirma que las cetonas de frambuesa también son coadyuvantes para prevenir enfermedades neurodegenerativas, trastornos inflamatorios y patologías cardiovasculares. No obstante, no hay evidencias sólidas que lo demuestren.

Sobre sus efectos cosméticos, un estudio divulgado en Growth Hormone & IGF Research determinó que la administración tópica de cremas con cetonas de frambuesa ayudaron a incrementar el crecimiento del cabello y la elasticidad de la piel. De todos modos, se necesitan más investigaciones.

Riesgos y posibles efectos secundarios

Debido a la falta de estudios de alta calidad en humanos, se desconoce si la cetona de frambuesa es segura o no. Por ello, se recomienda seguir las recomendaciones de consumo dadas por el fabricante. A menudo, la dosis recomendada es de 100 a 400 miligramos, 1 o 2 veces al día.

Algunos efectos secundarios informados por la ingesta de estos suplementos abarcan los siguientes:

  • Insomnio.
  • Palpitaciones.
  • Ansiedad.
  • Presión sanguínea elevada.

De todos modos, los estudios hechos hasta el momento no informan sobre estos riesgos. Se advierte de posibles interacciones con medicamentos para tratar la diabetes y fármacos para la coagulación de la sangre.

Paciente diabética mide su glucosa.
Los pacientes diabéticos deben tener mucho cuidado si ingieren este suplemento. Se impone una consulta con el especialista antes.

¿Qué hay que recordar sobre las cetonas de frambuesa?

A pesar de la popularidad que ganaron en el mercado de suplementos para bajar de peso, las cetonas de frambuesa se consideran ineficaces. Si bien han dado resultados positivos en estudios en animales, se han utilizado dosis altas que no se emplearían en humanos. Por otro lado, no hay estudios relevantes que evalúen sus efectos en las personas.

Dicho todo esto, hay que recordar que la pérdida de peso requiere un abordaje multidisciplinar y personalizado. Es conveniente consultar al médico y al nutricionista para obtener programas efectivos y saludables para adelgazar. También se recomienda adoptar una rutina de ejercicios y, en general, mejorar el estilo de vida.

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