El presidente Vladimir Putin prometió el martes la «victoria» en la «guerra» en Ucrania, orquestada, según él, por Occidente para destruir a Rusia, en un paralelismo con la Segunda Guerra Mundial, en las conmemoraciones de la derrota nazi en 1945.
El jefe del grupo paramilitar Wagner, Yevgueni Prigozhin, en primera línea del frente de Bajmut, aprovechó esta simbólica fecha para denunciar la incapacidad de las autoridades rusas de vencer a Ucrania y acusó a la jerarquía militar de querer «engañar» al presidente ruso.
Más de un año después de haber lanzado la ofensiva en Ucrania, Putin no deja de presentar este conflicto como una estrategia de los países occidentales.
«La civilización se encuentra de nuevo en un punto de inflexión. Se inició una guerra contra nuestra patria», dijo en la plaza Roja de Moscú, ante miles de soldados, políticos rusos y varios dirigentes de exrepúblicas soviéticas.
El mandatario se dirigió a las fuerzas rusas, sobre todo a los cientos de miles de reservistas movilizados: «el futuro de nuestro Estado y de nuestro pueblo depende de ustedes», insistió, acusando de nuevo a las potencias occidentales de utilizar a Ucrania para conseguir «el hundimiento y la destrucción de nuestro país».
«¡Por Rusia, por nuestras valientes fuerzas armadas, por la victoria! ¡Hurra!», clamó antes de dar paso al desfile de miles de militares y blindados.
Esta ceremonia anual busca ensalzar el poder ruso, máxime cuando la victoria de 1945 ocupa un lugar central en el nacionalismo impulsado por Putin.
Pero este año, las conmemoraciones tiene lugar bajo la sombra de los fracasos militares en el terreno, mientras Kiev asegura que está preparando una gran contraofensiva.
El lunes, el día en que muchos países occidentales celebran el fin de la Segunda Guerra Mundial, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, prometió que Rusia sería derrotada como lo fue el nazismo.
Rompiendo con la tradición soviética del 9 de mayo, Kiev recibió el martes a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, para celebrar el Día de Europa.
La Unión Europea (UE) no se dejará «intimidar por la demostración de fuerza» desplegada por Putin en Moscú, dijo por su parte el jefe del gobierno alemán, Olaf Scholz, ante el Parlamento Europeo.
En el terreno, tras 15 meses de ofensiva en Ucrania, el ejército ruso parece debilitado por las bajas, los reveses en el campo de batalla y las tensiones entre el Estado Mayor y los paramilitares del grupo Wagner.
Acusaciones de Wagner
El jefe de la milicia escogió la simbólica fecha del 9 de mayo para acusar a la jerarquía militar de querer «engañar» a Putin sobre cómo estaba siendo dirigida la campaña en el terreno.
Prigozhin también dijo que soldados del ejército regular se fueron de sus posiciones en Bajmut, epicentro de los combates en el este de Ucrania.
«Abandonaron sus posiciones, huyeron todos», dijo en un video en Telegram.
«¿Por qué el Estado no consigue defender el país?», abundó, asegurando que lo que se mostraba en la televisión rusa no reflejaba la realidad.
Estas celebraciones tiene lugar en medio de fuertes medidas de seguridad, después de que se multiplicaran los ataques en territorio ruso atribuidos por Moscú a Kiev.
Dichos ataques se producen cuando se anuncia como inminente una amplia contraofensiva ucraniana, destinada a intentar recuperar los territorios ocupados por Rusia en el sur y el este del país.
El ataque más espectacular, aunque sujeto a muchos interrogantes, fue uno con dos drones la semana pasada sobre el Kremlin.
Moscú lo presentó como un intento de asesinar a Putin. Ucrania negó estar detrás y dio a entender que lo sucedido pudo ser obra de un movimiento rebelde interno o una provocación del poder ruso.
Igualmente hubo en las últimas semanas ataques a instalaciones energéticas rusas, sabotajes de vías férreas y el intento de asesinato del escritor nacionalista Zajar Prilepin, que el sábado resultó herido por una explosión en su vehículo.
Desfiles anulados
El resultado fue que varios desfiles y actos previstos en distintas ciudades del país fueron anulados, en particular en las regiones fronterizas con Ucrania y en la anexionada península de Crimea, por temor al riesgo «terrorista».
En el terreno, Moscú continúa bombardeando Ucrania.
La fuerza aérea ucraniana afirmó el martes haber derribado 23 misiles de crucero rusos, de los 25 lanzados durante la noche.
La administración militar de Kiev dijo que derribo unos 15 «objetivos aéreos enemigos» alrededor de la capital, pero no señaló víctimas ni daños importantes.
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