Los problemas de salud mental causados por la epidemia de covid tendrán unos costes «monumentales» y permanecerán tras conseguir la inmunidad, sobre todo los originados por el trauma y el impacto socioeconómico de la pandemia, por lo que urge destinar más recursos e incluir los servicios de salud mental como servicios esenciales.
Por: El Espectador de Caracas con información de Miami Mundo / EFE
Así lo concluye un análisis hecho por Ximena Goldberg, Oriana Ramírez, Matilda van den Bosch, Liudmila Liutsko y Berta Briones, investigadoras todas ellas del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGLobal), centro impulsado por la Fundación «la Caixa», que plantean si la salud mental puede ser otra pandemia después de la COVID-19.
Las investigadoras, que recuerdan que antes de la pandemia los costes económicos globales asociados a los problemas de salud mental comunes alcanzaban la cifra anual de un billón de dólares americanos.
Y que el 85 % de las personas con trastornos mentales no recibían tratamiento en los países pobres y con ingresos medios, auguran una “crisis global sin precedentes” en afectación de salud mental.
Afectaciones
“El Covid-19 ha afectado a la salud de las personas, pero también a sus objetivos personales, su dinámica familiar, su rol laboral y su estabilidad económica”, corroboran las expertas en políticas de salud global.
Resaltan que el impacto sobre la salud mental de las personas ha llegado “a través de múltiples mecanismos de forma simultánea”.
Los cambios profundos en los hábitos diarios, en la forma de comportarse e interactuar, el miedo al contagio.
“En una proporción considerable de población”.
La desconexión
El riesgo a la salud vinculado a la ciudad y la “desconexión de la naturaleza” que ya está comprobado que reduce el estrés.
La modificación de los roles familiares, con más casos de violencia doméstica.
El aislamiento, el estado emocional de soledad, el duelo de las personas que han perdido a algún familiar o amistad.
O la ansiedad generada en el personal de trabajos esenciales, con el “desgaste profesional e incluso el estrés postraumático”.
A todo ello se añade, según el análisis, que “entre el 30 y el 60 % de los pacientes con Covid-19 sufren manifestaciones del sistema nervioso central y periférico”.
El delirio
“El delirio es el síndrome neuropsiquiátrico agudo más frecuente, seguido de un estado de desánimo y ansiedad”, subraya el estudio.
Otra afectación que ha empeorado la salud mental de las personas es la dificultad de acceso a los sistemas de salud durante la pandemia.
La mayor presión de los cuidadores de personas enfermas o dependientes y, sobre todo, las “profundas alteraciones socioeconómicas”.
El estudio señala que la infancia, los adolescentes y los jóvenes, las mujeres y las personas mayores y con problemas de salud preexistentes, las personas inmigradas y refugiadas y los trabajadores “en primera línea”, son los más afectados por los trastornos mentales causados por la pandemia.
Por todo ello, recomiendan “incluir los servicios de salud mental como servicios esenciales”.
También, dedicar más esfuerzos a la integración de los servicios de salud mental en la atención sanitaria general.
Dedicar más recursos a implementar los servicios de salud mental.