El régimen rompió con la inercia de la Comisión Nacional de Primaria y acabó con su pretensión insólita -que mantenía muy perturbado el ánimo ciudadano- de acudir a la elección con el CNE, cuando decidió raspar a todos los rectores de un plumazo y comenzar desde cero un larguísimo proceso de selección de los nuevos, aunque sea pura, distractora y dura pantomima.
No vamos a gastar pólvora sobre papel mojado y de una vez decimos que lo procedente es organizar unas primarias autogestionadas, como debe ser.
Sepamos que si no somos capaces de organizar nuestras propias primarias, de ninguna manera seremos capaces de enfrentar y vencer a la maquinaria del régimen en las elecciones presidenciales de 2024.
La cuestión se nos presenta clara: el régimen está decidido -nunca ha cambiado- a permanecer en el poder como sea, ni siquiera se atreve a correr el riesgo de participar en unas elecciones confeccionadas por sus acólitos. Resulta imposible para Maduro ganar unas elecciones con 85% de rotundo rechazo en su contra.
La candidatura de María Corina Machado está movilizando a Venezuela por sus cuatro costados, despertando la esperanza y el poder de nosotros mismos de lograr el cambio deseado con progreso aparejado, y eso no lo aguanta el ecosistema criminal que carece del fervor popular y solo lo sustenta la violencia de las armas y sus aliados internacionales a quienes ha entregado la soberanía nacional.
Si sabemos interpretar lo que ocurre en el aquelarre chavista, llegaremos a la conclusión de que están dispuestos a radicalizarse y a copiarse al calco las prácticas antidemocráticas del régimen de Nicaragua, ya que son la misma cosa.
Los venezolanos estamos dispuestos a llegar hasta el final y liberar a nuestro país.
La importancia fundamental de las primarias autogestionadas es la renovación urgente del liderazgo opositor, lo cual dará impulso definitivo a la lucha ciudadana -y con el coraje de todos alrededor de una unidad de propósito- para alcanzar el cese de la usurpación. Es a la fuerza del cambio a lo que temen los sultanes de la estulticia en estos 24 años de ignominia.
El poder comunal se sostiene en jefaturas, a fuerza de látigo rojo, pero no ha podido permear en las comunidades, siempre solidarias con los que más sufren, y que mantienen los principios y valores de la venezolanidad consustanciados con la democracia.
De igual manera los sindicalistas y gremios tienen perturbados a quienes se atrevieron a desintegrar a la nación por mantenerse en el poder y saquear sus riquezas.
Alertamos sobre actuaciones descabelladas de las instituciones serviles y apéndices del ecosistema criminal: “Supuesta extorsión y de manera vil a los presos políticos de la causa Armagedón, que tienen 5 años y 3 meses presos sin juicio ni sentencia, cuya causa fue relacionada con María Corina Machado”.
¡Libertad para Javier Tarazona y Emilio Negrín! ¡No más prisioneros políticos, torturados, asesinados ni exiliados!
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