Las potencias occidentales, con Estados Unidos a la cabeza, llevaron este miércoles a la ONU los supuestos abusos del Gobierno chino contra los uigures y otras minorías en la provincia de Xinjiang, elevando la presión contra Pekín, que negó todas las acusaciones y las calificó como un pretexto para tratar de hacerle daño.
Por: El Espectador de Caracas / EFE
EE.UU., de la mano del Reino Unido y Alemania, convocó un acto virtual dedicado en exclusiva a analizar la situación en Xinjiang, que contó con los testimonios de activistas de derechos humanos, expertos y representantes de organizaciones como Human Rights Watch (HRW) y Amnistía Internacional.
Todos denunciaron la existencia de graves abusos en la provincia noroccidental -con minorías musulmanas como la uigur sufriendo detenciones masivas, torturas y trabajos forzados- y con algunos Gobiernos, incluido el estadounidense, hablando de la existencia de un “genocidio”.
«Seguiremos levantándonos y hablando hasta que el Gobierno de China detenga sus crímenes contra la humanidad y el genocidio de los uigures y otras minorías en Xinjiang», declaró la embajadora estadounidense ante Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield.
«Hoy hemos escuchado y vamos a seguir escuchando cómo los derechos de los uigures y otras minorías étnicas en Xinjiang están siendo abusados y violados al extremo», insistió Thomas-Greenfield.
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